Día 5 Antojos

38 6 1
                                    


Kuroko se le quedó observando a Kagami mientras comía su cuarto perrito caliente, decir que tenía un tremendo antojo de comer lo mismo que su esposo estaba en lo incorrecto, no quería nada de comida norteamericana, él bebé era exigente.

Agradecia que él no había pasado por vómitos como el actor que salía en las revistas de cotilleo de nombre Saijo uno de los hombres más deseados, ya que no soportaría vomitar todo el tiempo más teniendo en cuenta la cantidad de comida que pasaba por su casa, es decir su esposo podía comerse 8 kilos de carne si se lo proponía.

Negó mientras que Kagami seguía entretenido, él simplemente iría a buscar su único y verdadero antojo.

Un plato de Katsudon bien servido de una tienda tradicional, su plan era simple, saldría por la puerta de su casa tomaría el tren iría al a tienda compraría 8 platos y volvería a casa sano y salvó, sin que Taiga se enterara de su maléfico plan, fríamente calculado.

Por lo que decidió llevarlo a cabo, tomó su cartera y su placa que lo garantizaba como ciudadano embarazado, lo que básicamente le daba acceso a sentarse en el lugar designado para él en el metro, su plan no tenía fallos.

Salió sin decirle nada a Kagami.

...

...

Kagami no encontraba a Tetsu en la casa

Kagami reviso en el baño y en el jardín trasero

Kagami entró en pánico y llamó a todos los contactos que tenía aún en Japón buscando a su esposo.

Kagami encontró a Tetsu regresando a casa con 8 ordenes de Katsudon para sentarse a satisfacer su antojo.

Kagami es un tonto que no se le ocurrió marcar al celular de su esposo.

Taiga tenía una mueca en el rostro mientras que su esposo disfrutaba de su Katsudon con todo el gusto que podía expresar su rostro con ausencia de expresiones.

—¿Por qué no me pediste que fuera pro la comida? — pregunto Taiga serió mientras observaba a su esposo masticar.

—Porque sé lo incomodó que es para ti la hora del almuerzo japonés.

Taiga se quedó en blanco unos segundos recordando algunos momentos vividos anteriormente durante su adolescencia, agitó la cabeza y negó.

—Aún así Kuroko tú y el bebé son mi responsabilidad como esposo debo de cuidar de ustedes.

—Para, la próxima vez tal vez Taiga, ahora come.

El pelirrojo hizo una mueca mientras procedía a comerse los tres platos de Katsudon que Kuroko le había puesto le había dejado delante.

En un momento el peliazul termino de comer y se movió para sentarse junto a su esposo.

Taiga le observo y esté solo recargo la cabeza en su hombro.

—Si quieres consentirme ¿Irías a buscar un helado de esos en forma de pez por mí?

Taiga asintió —Sabes que si Kuroko.

—Y por eso te amo. 

Kuroko no Basket  (AGOSTO DE MPREG 2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora