Kuroko no Basket (AGOSTO DE MPREG 2024)

Dia 11 Fugas de Leche

Kuroko estaba sumamente incomodo, ya sabían que sería el bebér, sería un lindo y pequeño niño o por lo menos eso es lo había dejado ver en el ultrasonido antes de que pateara y que Taiga volviera a desmayarse, todo era un caos simplemente.

El peliazul estaba sentado en la sala en un Futón con cojines a su alrededor estaba a tan solo 6 semanas de que ese pequeño saliera.

¿Por dónde iba a salir? Todo dependía de que tan fuerte fuera él durante el parto y claro si alcanzaba a pasar por sus caderas, todo se decidiría una semana antes.

Paso una mano por su vientre, el bebé estaba tranquilo, todo estaba correcto y mientras Kagami estaba afuera echándose un partido junto a Aomine, Rise estaba en al cocina junto a Midoriyama que estaba haciendo un ritual raro por el bebé, el resto de los milagros no se habían acercado.

Kuroko suspiró de verdad que eso de estar embarazado era complicado, tenía unos meses que no podía jugar Basket y ni que decir de su licencia de maternidad en el trabajo, todo era tan complicado desde hace unos días, incluido la habitación del bebé que estaba a medio terminar, porque no se quedarían en Japón.

Los chicos entraron a la habitación Rise se acercó a él con un balón de peluche y de lo lanzó, a lo que él lo atrapo —Kurokito! Midoriyamita y yo nos retiramos tenemos que hacer algo, te encargamos que Aomine no mate a tú esposo.

Kuroko le miró con cara de pocos amigos pero asintió —Dejas al embarazado a Merced de ese par.

—Sobrevivirán.

Kuroko cruzó las piernas y procedió a jugar con el balón entre sus manos mientras todo a su alrededor estaba en paz, de afuera solo provenian los deslices de los tenis de Aomine y el botar del balón.

Kuroko se rascó la cabeza un momento y sintió una sensación rara en su pectoral, llevó las manos a él y sintió húmedo se levantó al camisa y notó que estaba mojado.

Tenia fugas.

Kuroko se levantó torpemente y se dirigió a la habitación para encerrarse ahí y recostarse en la cama, eso era verdaderamente vergonzoso.

Se recostó en el cama y se envolvió en una sábana hecho bolita, cerró lo ojos Kagami no debía de verlo así.

Los pasos no tardaron a escucharse y el golpe de la puerta — ¿Kuroko! ¿Estás aquí? — Taiga entro a la habitación y tiró de la sabana mandándola a volar.

—Taiga.

—¿Qué haces? — Cuestiono viéndolo, abrazando una almohada — Pensé que habías huido a algún lado.

Kuroko negó y miró como Kagami se subió a la cama para verlo cara a cara.

—Tuve una fuga de leche.

Kagami miró hacía los pectorales del peliazul notando las manchas —Oh puedo lamerlas si quieres.

—Vete de aquí — dijo volteándose.

—Vamos Kuroko, será rápido.

—No seas pervertido.

—Peroo...

—Te voy a patear.