Capítulo 4

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Una nueva mañana, habia pasado un mes desde el incidente en el club, sin embargo, las desgracias no terminaban para esas fechas y menos para cierto tapatío, siendo un miércoles por la mañana Carlos habia ido a recoger el correo que habían recibido hace unos minutos atrás, algunos con cartas y otros como Sergio quien le habían enviado una caja bastante curiosa y no habia remitente, pero si unas letras en cursiva que decían "Para Sergio Michel Pérez Mendoza".

Todos estaban desayunando en la mesa exterior que habían colocado en el patio para esa mañana, al llegar le entrego a cada uno lo que le correspondía pero con cierta emocion le entrego la caja a Sergio.

— Creo que tienes un admirador, Chequito. —murmuro con una sonrisa—. Ten, solo enviaron esto para ti.

— Que gracioso eres Carlos, aun que lo dudo, hace mucho que no me veo con alguien. —soltó inspeccionando la caja, ni siquiera salía con los Alfas del club cuando le pedían una cita.

— Tu ten fé Chequito, todos matarían por estar contigo —señalo George con el tenedor—. Aparte, ¿Cuál sería el peor escenario? Un regalo no mata a nadie.

— Si tú lo dices...

Aparto su plato para poder abrir el paquetito, el cual no tenía tanto peso y seguro era algo que había pedido en línea hace tiempo y ni lo recordaba. Cuando noto que aquella estaba escrita de forma tan peculiar tuvo un mal presentimiento; los demás estaban espectantes a lo que habría en el interior, era una caja de color celeste, una carta fue lo primero que captaron sus ojos y la cual tomo primero, la abrió sin problema alguno y al instante se arrepintió de haberlo hecho.

"Querido Checo, seguro debes estar preguntando el motivo de este lindo obsequio, será la última vez que recibas algún regalo en tu vida al menos de mi parte, me alegra decirte que eres tio de un pequeño lindo niño, ¿Sabes como se llama? Michel. Aun me sigue molestando que Kamui siga pensando en ti y le allá puesto ese nombre a nuestro cachorro, solo te devuelvo el regalito que me diste en mi noche de bodas. Solo espero que este lindo obsequio no te moleste, solo quiero que recuerdes una cosa.

Kamui nunca te buscara, esta feliz a mi lado y espero que dejes de ser un maldito omega metiche por no tener su atención, espero y te estes pudriendo en la misma mierda Sergio."

Atte: Sra. De Kobayashi.

Su semblante era uno horrorizado, impotencia y mucho coraje atragantado, dejo la carta aun lado en silencio y observo si habia algo más en su interior, vio una fotografía, donde estaba la dichosa familia feliz cargando a un recién nacido y tomando de la mano a una pequeña de aproximadamente cuatro años. No se espero mucho y antes de que lagrimas de enojo bajaran por sus ojos marrones comenzó a romper la fotografía y la carta.

— ¡Ohh que la chingada! Como le gusta chingarme la vida esa güera apretada. —solto mientras seguía rompiendo el "regalo" —. Ojalá se pudran todos y cada uno de ustedes...

— Checo, cálmate por favor seguro fue un-

— No no es un malentendido, esa pinche perra lo hizo a propósito. —exclamó dejando el regalo en el suelo y se levantó se la mesa apurado mirando a los demás—. Lo siento chicos.... Me quedé sin apetito.

— ¡Pero Checo!

— No Yuki, déjalo luego te explicamos... —murmuro Carlos.

El omega con furia fue a su habitación, Lance y George fueron los primeros en tomar los retazos de aquel "regalo" para prenderle fuego en la cocina, sabían que el mexicano no queria saber nada de su ex en esos momentos.

Sergio se encerró en su habitación y cuando tiro la puerta con furia, una de las estanterías que tenía al lado dejó caer una caja la cual ya hacia olvidada hace mucho, era una cajita musical en el cual habia une melodía japonesa bastante hermosa comenzo a recitar, con tan solo escucharla sus ojos se posaron en ella fijamente, se arrastro desesperado hasta el y la estrello con enojo hacia una de sus paredes.

𝐀𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚𝐧̃𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora