capitulo uno.

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Amalia se miro al espejo, giro sobre sus talones. El vestido azul celeste, y los tacones amarillos, si, le gustaba, su cabello recogido a un lado, cayendo a un lado, estaba radiante, aunque su madre, hubiera preferido los zapatos en el mismo tono que el vestido, pero Amalia tenia su autonomia, pese a su juventud, se los iba a poner ella, y ella elegia, nadie más, su caracter temerario, su rebeldia, ni el rey la hubiera obligado a llevar algo que no fuera de su elección. Se merecia un beso, asi que se acerco al espejo, y a su imagen reflejada, le dio un sonoro beso en los labios, Marisa, que entro sin llamar, desaprobaba la actitud de su unica hija, pero jamas fue capaz de domarla, y por no aguantar, sus gritos, ni su mirada penetrante, "de te perdono la vida", siempre terminaba cediendo, y dejandola hacer su juvenil y osada voluntad.
-"terminaras mal, Amalia, se humilde"-le recrimino su joven madre.
-"¿Por que me maldices siempre?No me extraña que papa se fuera."
Marisa la hubiera dado una bofetada, pero era la boda de su hermana pequeña, que por fin se casaba después de diez años largos de noviazgo, por lo que se contuvo.
-"los tios y Triana han llegado, ve con ellos mientras termino de arreglarme"
Amalia fue con una alegre sonrisa en busca de su prima, queria que viera lo bonita que estaba.
En el salón, sentados muy serios, estaban Ester y su marido Tristan y la muchachita, con talante triste.
Amalia lo primero que hizo al entrar fue fijarse en su prima que aunque el vestido lavanda resultaba precioso y la quedaba muy bien, los zapatos eran realmente horrendos, como unos dias antes la misma Triana la habia confesado, parecian ortopedicos. Triana estaba preciosa, pues su cara era perfecta, aun más bonita que Amalia.
Ester miro los zapatos de su sobrina, y con cara censuradora la dijo
-"Amalia, estas muy guapa, si no fuera por esos zapatos.....¡Amarillos!.no pegan con el vestido, no casan los colores."
-"Tia Ester, no te he pedido tu opinion, ya que no me interesa, los zapatos me gustan a mi y tienen que pegar conmigo, no con el vestido."
Ester abrio la boca para decir algo, pero no supo el que, su sobrina tenia la habilidad de hacerla sentir como una estupida, Triana miro hacia otro lado, tratando de ocultar su sonrisa. Adoraba a su prima y sobre todo, admiraba su osadia.
Amalia cogio la mano de su prima y la arrastro a su habitación.
Ester grito algo, que las niñas ignoraron.
-"escucha ningun horrible zapato apagara tu belleza"- dijo la adolescente.
Triana se echo a reir.
-"Un dia mi madre te abofeteara"
-"Ya lo ha hecho. Creeme, niña, ese viaje a Inglaterra es una bofetada para mi"
Amalia dejo a su prima unos instantes y busco unas sandalias de charol negras, que aunque tampoco casaban con el labanda vestido de la adolescente, pero al menos resultarian mas favorecida que con aquellos horripilantes zapatos blancos.
-"los zapatos son importantes, siempre lo he pensado. Un zapato inadecuado puede destruir el mas hermoso de los estilismos."
-"Pareces un guru de la moda, la directora del Vogue"- bromeo Triana-"pero no soy tan valiente como tu"
-"Al diablo tu madre. A mi me ha costado mantener a raya a la mia. Pero antes muerta que dejar que ella se salga con la suya."
Al final Triana accedio a ponerse las sandalias negras.
Amalia dio un sonoro beso a su prima.

mis primeros taconesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora