𝖼 𝗎 𝖺 𝗍 𝗋 𝗈

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"Como no eres el amor de mi vida, dire que me equivoqué de vida y no de persona."


El ambiente en la casa había cambiado drásticamente desde la ruptura entre Karime y Gala. Aunque ambas intentaban mantener la compostura y continuar con el juego, no podían evitar los efectos de su separación. Los demás concursantes también lo notaban, y la tensión era palpable en cada interacción.

Gala, por su parte, trataba de enfocarse en el juego y mantener una distancia emocional de Karime. Sabía que seguir adelante sería difícil, pero no estaba dispuesta a dejar que su dolor la derrotara. Sin embargo, las constantes miradas furtivas de Karime, los suspiros que lanzaba cada vez que la veía, y la forma en que sus compañeros de juego parecían caminar sobre cáscaras de huevo a su alrededor la hacían sentir como si nunca pudiera escapar del drama.

Una mañana, mientras estaba en la cocina preparando el desayuno, Gala fue abordada por Briggitte. Desde la ruptura, Briggitte había tratado de acercarse a Gala, ofreciéndole su apoyo. Aunque Gala apreciaba el gesto, no estaba segura de qué pensar de la repentina amabilidad de Briggitte.

—Gala, ¿puedo hablar contigo un momento? — preguntó Briggitte, con una sonrisa que intentaba ser reconfortante.

Gala asintió, dejando a un lado la sartén y tomando asiento en la mesa.

—Claro, dime.—

Briggitte tomó una respiración profunda antes de hablar.

—He estado notando cómo te sientes, y quiero que sepas que estoy aquí para ti. Sé que esto no es fácil, y también sé lo complicado que puede ser seguir en este juego después de lo que pasó con Karime.

Gala agradeció el gesto, pero no pudo evitar sentir una pizca de desconfianza. Briggitte siempre había sido astuta, y aunque ahora parecía estar genuinamente interesada en su bienestar, no podía olvidar las advertencias que le había dado sobre Briggitte.

—Gracias brillos, Aprecio que te preocupes por mí —dijo Gala, intentando sonar sincera—. Es difícil, pero estoy tratando de seguir adelante.

Briggitte asintió, pero había una chispa de curiosidad en sus ojos.

—¿Y Karime? ¿Cómo lo estás manejando? Porque todos hemos notado que está… diferente. Parece que está luchando con algo.

Gala sintió una mezcla de emociones al escuchar eso. Parte de ella quería consolar a Karime, asegurarse de que estaba bien, pero otra parte sabía que ella había tomado sus propias decisiones y que ahora debía enfrentarse a las consecuencias.

—Pidnter  está lidiando con sus propias cosas —respondió Gala, tratando de sonar neutral—. No puedo estar ahí para él como lo estaba antes. Necesito enfocarme en mí misma ahora.

Briggitte sonrió, como si hubiera obtenido la respuesta que buscaba.

—Eso es lo mejor.  Tienes que cuidar de ti misma primero. Pero si alguna vez necesitas hablar, ya sabes dónde encontrarme.

Gala asintió, agradecida pero todavía cautelosa. Briggitte siempre había sido buena jugadora, y aunque ahora parecía genuina, no podía permitirse bajar la guardia.

El día continuó en la misma tónica. Karime trataba de mantenerse ocupado, pero no podía evitar que su mente volviera a Gala una y otra vez. Los recuerdos de lo que habían compartido, los momentos divertidos, y la forma en que ella la había mirado antes de que todo se arruinara, lo perseguían como un fantasma.

𝗘𝗇𝗍𝗿𝗲 𝗰𝗮𝗺𝖺𝗋𝖺𝗌 𝗒 𝖼𝖺𝗿𝗶𝗰𝗶𝖺𝗌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora