𝗈 𝖼 𝗁 𝗈

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"Nadie como tú que sabes medir como
hacer mi sangre doler, hasta hervir"


El anuncio de las nominaciones cayó como un balde de agua fría sobre Gala. Aunque había esperado ser nominada por Karime, la realidad de estar en riesgo de abandonar la casa la golpeó con una fuerza que no había anticipado. Durante la noche, no pudo pegar un ojo, dándole vueltas a su situación. Sabía que su relación con Karime estaba rota, y que muchos de los otros concursantes podrían considerarla una amenaza. El pánico comenzó a apoderarse de ella.

Al amanecer, la casa estaba sumida en un tenso silencio. Gala se levantó temprano, incapaz de soportar la ansiedad que la mantenía despierta. Sabía que debía hacer algo, que no podía simplemente resignarse a ser eliminada sin luchar. Mirándose en el espejo del baño, vio el reflejo de una mujer que había pasado por mucho en tan poco tiempo: la traición, la culpa, y ahora la desesperación.

-No puedo dejar que esto termine así- se dijo a sí misma, decidida a luchar con todas sus fuerzas.

El día comenzó lentamente, con los habitantes de la casa despertándose y preparándose para enfrentar lo que sería una semana crucial para todos. Gala sabía que, si quería quedarse, tenía que convencer a los demás de que aún merecía su lugar en el juego. Así que, con el corazón acelerado y la determinación en su mirada, comenzó a moverse entre los compañeros de la casa, uno por uno.

Su primer objetivo fue Mariana. La encontró en la sala de estar, revisando algunas notas y estrategias. Aunque Mariana era una competidora fuerte, Gala había notado que era alguien que valoraba la lealtad y las relaciones personales.

-Mariana, ¿tienes un momento? -preguntó Gala con cautela, acercándose a ella.

Gala levantó la vista, algo sorprendido por la súplica en su tono. Asintió, guardando sus notas.

-Simon wey. ¿Qué paso?

Gala se sentó a su lado, luchando por encontrar las palabras correctas. Sabía que este era uno de los momentos más importantes de su vida en el juego.

-Sé que las cosas han sido complicadas últimamente -empezó, su voz temblando ligeramente-, y que he cometido errores. Pero estoy aquí porque quiero pedirte que no me votes para salir. Mariana, de verdad, quiero seguir aquí, demostrar que puedo jugar limpio y con dignidad. No quiero irme sabiendo que podría haber hecho más.

Mariana la miró con una expresión seria, considerando sus palabras.

-Carmen, entiendo por lo que estás pasando, pero este juego es difícil para todos. Tienes que entender que aquí todos estamos luchando por lo mismo, y a veces hay que tomar decisiones duras.

Gala asintió rápidamente, reconociendo la verdad en sus palabras.

-Lo sé. Pero también sé que puedo ser una aliada valiosa para ti. Si me das la oportunidad de quedarme, te prometo que estaré a tu lado en lo que necesites. No te defraudaré.

Mariana observó la sinceridad en los ojos de Gala. Era claro que estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para quedarse.

-Te lo pensaré, Carmen -respondió, no queriendo comprometerse de inmediato.

Gala sabía que no podía presionarlo más, así que asintió y se levantó, agradeciéndole por escucharla. Su próximo objetivo era Arath, y esa conversación la preocupaba más que ninguna otra.

𝗘𝗇𝗍𝗿𝗲 𝗰𝗮𝗺𝖺𝗋𝖺𝗌 𝗒 𝖼𝖺𝗿𝗶𝗰𝗶𝖺𝗌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora