𝗘𝗇𝗍𝗿𝗲 𝗰𝗮𝗺𝖺𝗋𝖺𝗌 𝗒 𝖼𝖺𝗿𝗶𝗰𝗶𝖺𝗌

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El tercer día en la Casa de los Famosos amaneció con un aire de expectativa. Los rumores sobre la conexión entre Gala y Karime ya comenzaban a circular entre los demás participantes, alimentando conversaciones en voz baja y miradas curiosas. Algunos como Briggitte y Sabinne estaban genuinamente felices por ellas, mientras que otros veían en esta relación una posible estrategia, una alianza que podría cambiar el juego.

Gala mientras tanto, se sentía más relajada que en días anteriores. Aunque era consciente de la atención que ella y Karime estaban recibiendo, algo en la sinceridad de su conversación con ella la había tranquilizado.

Estaba dispuesta a abrirse, a mostrar partes de sí misma que normalmente mantenía escondidas tras su imagen pública.La mañana comenzó con una actividad grupal: una sesión de yoga al aire libre. El instructor los guió a través de posturas que exigían equilibrio y concentración. Gala, que solía practicar yoga para mantener su serenidad, se movía con gracia. Karime, aunque estaba menos experimentada en el yoga, pues era más de ejercicios "pesados" por así llamarlo, hacía su mejor esfuerzo, y cada vez que sus ojos se encontraban, ambas sonreían cómplices, compartiendo una pequeña burbuja de complicidad.

Después de la sesión, ambas se apartaron del grupo y se dirigieron a la piscina. La conversación entre ellas fluía naturalmente, como si se conocieran de toda la vida. Karime, con su tono siempre calmado, habló de su vida, de cómo siempre se sentía mejor sola, lejos de la presión de las camaras.

Gala le contó sobre su infancia, cómo había crecido en un ambiente muy pesado, y cómo eso la había motivado a nunca rendirse.

—Es curioso cómo a veces siento que la gente me conoce por mis personajes, pero pocos conocen quién soy realmente —

dijo Gala, jugueteando con el agua entre sus dedos. Karime asintió, entendiendo perfectamente a qué se refería.

—Creo que en esta casa estamos todos obligados a ser nosotros mismos, más de lo que nunca hemos sido antes. No hay escapatoria, ni máscaras —

Contesto ella. Gala la miró fijamente, dándose cuenta de que Karime también cargaba con la misma carga de expectativas y apariencias. Había algo profundamente reconfortante en saber que no estaba sola en esa experiencia.El resto del día transcurrió en una mezcla de actividades y conversaciones con los demás. Gala y Karime se separaron brevemente, interactuando con otros participantes y evitando que su cercanía se volviera demasiado evidente. Pero incluso en esos momentos de distancia, ambas se sentían conectadas, como si un hilo invisible los mantuviera unidas.

Conforme pasaban los días, la atmósfera en la casa comenzaba a tornarse más competitiva. Los participantes sabían que pronto comenzarían las nominaciones, y la paranoia empezaba a filtrarse en sus interacciones. Gala y Karime también sentían esa tensión, pero intentaban mantener su juego al margen de las estrategias y los juegos de poder.Una tarde, mientras todos estaban reunidos en el salón, se anunció la primera prueba de liderazgo. El ganador de la prueba tendría la inmunidad de no poder ser nominado por sus compañeros para la eliminación, un rol que nadie tomaba a la ligera. Karime, conocida por su competitividad en el mundo de los realitys, decidió participar con fuerza, mientras que Gala, siempre cautelosa, optó por mantenerse en un segundo plano, observando desde la distancia.La prueba fue intensa. Consistía en un desafío de resistencia física y mental que puso a prueba a cada participante. Karime dio lo mejor de sí, motivada no solo por su deseo de ganar, sino también por la idea de sorprender a Gala.

Al final, después de una agotadora competición, Karime salió victoriosa. El triunfo de Karime fue recibido con una mezcla de felicitaciones y celos. Sabía que su victoria lo había puesto en una posición difícil, pero también estaba consciente de que tenía la oportunidad de asegurar la permanencia de Gala. Esa noche, se reunieron en su habitación para hablar sobre la situación.