𝗌 𝗂 𝖾 𝗍 𝖾

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"Cambiaste amor sincero,
por sexo sin pasión."

Karime llevaba días sintiendo que algo no andaba bien. Aunque Gala y ella habían trabajado arduamente para reconstruir su relación, había algo en su comportamiento que la inquietaba. Había momentos en que Gala parecía distante, sus pensamientos vagaban a lugares a los que Karime no tenía acceso. A veces, la atrapaba mirando a Agustín de una manera que no podía ignorar. Inicialmente, trató de convencerse de que estaba siendo paranoica, pero las dudas persistían.

Una noche, después de uno de los desafíos semanales, Karime decidió que ya no podía soportar más la incertidumbre. Sabía que Gala estaba pasando demasiado tiempo con Agustín, y no podía sacudirse la sensación de que había algo más entre ellos. Con el corazón apretado, decidió confrontarla. Esa misma noche, esperó hasta que todos se retiraron a sus habitaciones para abordar a Gala.

La encontró en la cocina, preparándose una taza de té. Cuando la vio entrar, sus ojos se llenaron de sorpresa y algo más, algo que Karime no pudo identificar de inmediato.

—Mi amor..—dijo Gala, tratando de sonreír—, ¿por qué estás despierta tan tarde?

Karime no respondió de inmediato. En su lugar, se quedó mirándola, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—Gala, corazón, tenemos que hablar —dijo finalmente, su voz tensa.

Gala sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que este momento llegaría, pero no esperaba que fuera tan pronto.

—¿De qué quieres hablar? —preguntó, intentando sonar casual, aunque sabía que su voz temblaba ligeramente.

Karime se acercó, sus ojos oscuros llenos de una mezcla de dolor y enojo.

—De ti. Y de Agustín.

Gala sintió cómo su corazón se detenía por un momento. La forma en que Karime había dicho el nombre de Agustín dejó en claro que sabía más de lo que ella había imaginado.

—Karime, no es lo que piensas —intentó decir, pero Karime la interrumpió.

—¿Ah, no? —preguntó, su voz levantándose con furia contenida—. Porque lo que pienso es que has estado viéndote a escondidas con él, que mientras yo trataba de recuperarte, tú estabas... jugando conmigo. ¿Es eso lo que está pasando, Gala Montes?

Gala dio un paso atrás, sintiendo el peso de la culpa aplastándola. No sabía cómo explicarse, cómo justificar lo que había hecho.

—No fue así Karime!. Yo... solo... —trató de encontrar las palabras, pero todo sonaba vacío, insuficiente.

Karime no podía creer lo que estaba escuchando. Todo lo que había hecho, todo el esfuerzo por reconstruir su relación, ahora parecía una burla cruel.

—¿Por qué, Gala? —preguntó con la voz rota—. ¿Por qué harías algo así? ¿Qué hice yo para merecer esto?

Gala sintió las lágrimas comenzar a acumularse en sus ojos. Parte de ella quería abrazarlo, decirle que lo sentía, que nunca quiso herirlo. Pero otra parte, la que había sido traicionada y manipulada, se resistía a ceder.

—Tú fuiste quien empezó todo esto, Karime —dijo, su voz quebrándose—. Me usaste, jugaste conmigo para ganar este estúpido juego. ¿Qué esperabas que hiciera? ¿Que simplemente olvidara todo y volviera a confiar en ti como si nada hubiera pasado?

Karime la miró, incrédula.

—Eso fue antes, Gala. Me equivoqué, y lo he admitido. He hecho todo lo posible para enmendarlo, para recuperarte. Pero tú... tú decidiste vengarte de la peor manera posible. Y además te defiendes sacando cartas del pasado, cobarde

𝗘𝗇𝗍𝗿𝗲 𝗰𝗮𝗺𝖺𝗋𝖺𝗌 𝗒 𝖼𝖺𝗿𝗶𝗰𝗶𝖺𝗌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora