𝗇 𝗎 𝖾 𝗏 𝖾

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"Tú con tu indiferencia, yo con
mi gran inmadurez"

Gala se encontraba en el jardín, observando el cielo nublado con una mezcla de melancolía y ansiedad. Después de la confrontación con Karime, no había podido encontrar la paz. Sus sentimientos estaban hechos un nudo, y la culpa la consumía por dentro. Sabía que lo había traicionado, sabía que había jugado con fuego y ahora temía haberse quemado irremediablemente.

Los días habían pasado desde aquella feroz discusión, pero el dolor seguía fresco. Karime había mantenido una distancia fría, apenas dirigiéndole la palabra, y cada día que pasaba, Gala se sentía más perdida. No podía soportar la idea de que todo había terminado, que había perdido no solo a una aliada estratégica en el juego, sino también a la mujer con la que que había compartido momentos intensos, pasionales, y verdaderos.

Esa tarde, mientras los demás concursantes estaban ocupados con las actividades de la casa, Gala decidió que ya no podía soportarlo más. Necesitaba hablar con Karime, necesitaba intentar arreglar las cosas, aunque solo fuera por un pequeño rayo de esperanza.

Lo encontró en la sala de estar, sentado en uno de los sofás con una expresión pensativa. El televisor de indicaciones estaba encendido dando algunas advertencias de seguridad en caso de un temblor, pero ella no parecía estar prestándole atención. Gala se detuvo en la entrada, dudando por un momento si debería continuar con su plan. Pero sabía que no podía dar marcha atrás. Se armó de valor y avanzó hacia ella.

—Karime, ¿podemos hablar? —dijo suavemente, esperando que su tono no revelara lo desesperada que se sentía.

Karime levantó la mirada, sus ojos oscuros la recorrieron con una mezcla de frialdad y cansancio. Después de un breve silencio, asintió, señalando el espacio junto a él en el sofá. Gala se sentó, sintiendo cómo su corazón se aceleraba.

—Karime..—comenzó, pero su voz se quebró—. Lo siento, siento mucho todo lo que pasó.

Karime no respondió de inmediato, limitándose a observarla con una expresión impenetrable.

—Gala...—dijo finalmente, su voz baja pero firme—, te lo advertí desde el principio. Sabías lo que estaba en juego, sabías cómo soy. ¿Por qué lo hiciste?

Gala sintió una punzada de culpa tan fuerte que casi no pudo responder. Respiró hondo, tratando de mantener la calma.

—No sé por qué lo hice. Me dejé llevar, cometí un error. Pero lo que siento por ti es real, y no quiero que esto termine así. No quiero perderte.

Las palabras salieron con más emoción de la que había planeado, pero no podía detenerse. Se inclinó hacia él, tratando de encontrar sus ojos, buscando una señal de que aún había algo por salvar.

Karime la observó en silencio, sus ojos oscuros buscando algo en su rostro, algo que parecía difícil de encontrar. Finalmente, habló.

—Gala, me duele lo que hiciste. No puedo simplemente olvidarlo, no cuando me expusiste de esa manera. Pero, honestamente... tampoco quiero perder lo que teníamos. Tú y yo, hemos sido una fuerza poderosa en esta casa. Quiero creer que podemos superar esto, pero no será fácil.

Gala sintió una chispa de esperanza, algo que no había sentido en días.

—Estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario, Karime. Lo que sea. Solo dame una oportunidad para demostrarte que aún podemos estar juntas, que esto puede funcionar.

𝗘𝗇𝗍𝗿𝗲 𝗰𝗮𝗺𝖺𝗋𝖺𝗌 𝗒 𝖼𝖺𝗿𝗶𝗰𝗶𝖺𝗌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora