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"Está oscureciendo mucho afuera y todavía no ha llegado. Me estoy preocupando", dijo Akeno.
-No se parece en nada a él -dijo Rias-. Se comportó de forma extraña durante las últimas dos semanas, pero sigue siendo un sirviente leal. No creo que nos haya dejado aquí. -De repente, la puerta se abrió y reveló a T/N magullado y herido-.
Demonios... Quien demonios es ese tipo... -pensó y respiró pesadamente y se apoyó contra el marco de la puerta. Inmediatamente, Koneko y Yuuto se acercaron para ayudarlo a ponerse de pie.
-¡¿Qué pasó?! -preguntó Rias. Señaló un sofá cercano para que Koneko y Yuuto pusieran a T/N en el suelo. Rias le ordenó a Akeno que trajera a Asia lo más rápido posible. Puso su mano sobre su frente y él estaba ardiendo. Rias notó las tres marcas negras en su cuello. -Esas no estaban allí antes...
...
Asia llegó poco después con Issei y comenzó a curarlo. Después de un par de minutos, no pasó nada y T/N todavía estaba sufriendo.
"No puedo curarlo... Hay algo que me impide curarlo, como si no estuviera herido". Les dijo, pero sin embargo continuó curándolo. Rias, que estaba arrodillada a su lado, puso su mano sobre el hombro de Asia.
"No es tu culpa.
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Sirzechs estaba firmando los papeles que había recibido del consejo. No quería apilarlos, así que decidió terminarlos todos. Pero su mente estaba prestando atención a algo diferente. De repente, un círculo mágico azul apareció en el suelo y reveló al Leviatán actual, Serafall.
-¿Dónde están Ajuka y Falbium? -preguntó con voz entusiasta. Inmediatamente apareció otro círculo mágico, pero esta vez era verde. -
"Serafall, sigues siendo tan ruidosa como siempre -dijo Ajuka-. "Saludos, Sirzechs".
"Ajuka y Serafall, el motivo por el que he convocado una reunión es que él ha vuelto", dijo Sirzechs. Tanto Serafall como Ajuka se pusieron serios de inmediato.
"¿Qué te hace pensar eso?" le preguntó Ajuka.
"Encontramos muchos cadáveres y todos tenían esas tres extrañas marcas en el cuello", dijo Sirzechs. "Le pedí a Grayfia que investigara sobre el tema y todo conduce a él".
-Bueno, bueno, bueno, me has atrapado -dijo una voz desde la oscuridad. Inmediatamente los tres tomaron sus posiciones de batalla. Él estaba allí de pie, en la esquina de la habitación. Ajuka lanzó un hechizo a su alrededor, impidiéndole hacer nada y Serafall estaba listo para aniquilarlo, si era necesario.
"¿Qué quieres, Orochimaru?", preguntó Sirzechs. Sus ojos brillaban de un rojo carmesí.
"¿Por qué estás tan serio? No vine aquí a pelear", dijo. "No tengo el poder para derrotarlos a todos juntos... pero él podría hacerlo".
