Capítulo 8: Vínculos Rotos y Nuevos Comienzos

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La emoción de la noche anterior se desvaneció rápidamente al día siguiente, dejando a Alondra con un peso en el corazón que no podía ignorar. Aunque el beso que había compartido con Rai durante el stream había sido liberador y hermoso, la reacción de su familia estaba a punto de oscurecerlo todo. Después de haber pasado una encantadora noche rodeada de risas y diversión, un volcán de problemas familiares estaba a punto de erupcionar.

Estaba sentada en su habitación con su teléfono en la mano, revisando su grupo familiar. Había un mensaje de su madre que hizo que el corazón de Alondra se hundiera. “No puedo creer que hayas hecho esto,” decía el mensaje. “no me gusta esa clase de comtemido. Estoy decepcionada contigo.”

Las palabras la golpearon como un puñetazo en el estómago. Había intentado comunicarse de manera calmada y comprensiva, explicando que el beso con Rai había sido consensuado y que no había nada de malo en mostrar su afecto, especialmente en un contexto de amistad. Pero su madre no estaba dispuesta a escuchar. Antes de que Alondra pudiera digerir el mensaje, su madre la bloqueó, cortando cualquier tipo de conexión entre ellas.

Con cada pequeño instante que pasaba, la sensación de pérdida se hacía más intensa. Alondra observó su pantalla, tratando de encontrar respuestas, deseando conocer la razón detrás de la reacción de su madre. “¿Por qué no puede simplemente entender?” pensó, sintiéndose completamente defraudada y sola. No solo había perdido a su madre en el mundo digital, sino que sentía que había generado una distancia emocional insalvable.

Esa tarde, al sentarse en su habitación, las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos. Una mezcla de tristeza y frustración la invadió. Sin embargo, no estaba sola: Rai había estado a su lado desde que compartió la noticia. La compasión en su mirada y el abrazo cálido que había recibido de Rai le dieron un poco de consuelo en medio de la tormenta emocional.

“Lo siento, Alo. No deberías tener que pasar por esto,” dijo Rai, con una voz suave y serena. “Tu mamá debería aceptarte tal como eres. Esta situación es desafortunada, pero estoy aquí para ti.”

Alondra suspiró, sintiendo la calidez del corazón de Rai cerca de ella. “Es solo que… desearía que pudiera entenderme. No hice nada malo, y ahora me siento tan… sola. La familia debería apoyarte, no alejarse,” murmuró, mientras las lágrimas continuaban deslizando por su rostro.

“Te entiendo,” respondió Rai, inclinándose hacia adelante y tomando las manos de Alondra entre las suyas. “A veces, la gente necesita tiempo para procesar lo que no conocen. Pero recuerda, siempre estaré a tu lado, por encima de cualquier cosa. No dejas que esto te hunda.”

Mientras conversaciones sobre cómo mejorar el estado de ánimo seguían fluyendo, de repente, hubo un suave golpe en la puerta. Era Alex, que había notado que algo no iba bien. Con su energía característica, entró en la habitación con una gran sonrisa y un aire despreocupado, deseando traer un poco de luz a la situación.

“¿Qué están planeando hoy? Porque tengo un par de ideas que podrían alegrarte,” dijo Alex, su tono lleno de intención mientras notaba la tristeza extendida sobre el ambiente.

Alondra  esbozó una sonrisa a medias, sintiéndose agradecida por la presencia de su amigo. “Solo lidiando con algunas cosas familiares,” admitió, sintiendo que la pesadez de la situación comenzaba a desbordarse.

Alex se acercó y se sentó junto a ellas, percibiendo la tensión en el aire. “¿Quieres hablar de eso? Estoy aquí para lo que necesiten,” ofreció, su rostro inundado de preocupación genuina.

“Mi mamá…” empezó Alondra, recordando las palabras dolorosas y desgarradoras que había recibido. “Se enteró del beso en el stream y me bloqueo. Simplemente no entiende.”

“Eso sería difícil para cualquiera,” dijo Alex, su comprensión perfectamente en sintonía con lo que Alondra sentía. Era como si pudiera ver su dolor reflejado en sus ojos. “Tu mamá debería estar orgullosa de ti, no avergonzada. Pero la gente puede ser complicada, y a veces no entienden.

Alondra cerró los ojos, sintiendo cómo la realidad la golpeaba una vez más. “Desearía que al menos pudiera intentar entender. No hice nada malo, solo expresé cariño. Es doloroso sentir que no puedo contar con ella,” confesó, lavando el dolor fresco con cada palabra.

Alex, viendo la tristeza en el rostro de su amiga, decidió cambiar el rumbo. “Mira, ¿por qué no hacemos algo divertido? Hay un nuevo juego que quería probar. Podríamos hacer una noche de juegos o ver una película. Lo que sea que te ayude a desconectarte de esto. Es hora de olvidar un poco el drama,” sugirió, su energía encajando perfectamente en el ambiente.

La idea resonó con Alondra, y aunque seguía sintiendo la tristeza en su interior, también escuchó un pequeño destello de esperanza. “Tal vez un juego no sería tan malo,” aceptó, sintiéndose un poco más ligera mientras sonreía al pensar que podría contar con sus amigos.

Así, los tres se instalaron en la sala de estar con un nuevo compromiso de hacer que la noche fuera mejor. La televisión se encendió y pronto, el ambiente cambió. Comenzaron a jugar videojuegos, lanzando bromas y disfrutando de la colaboración en un entorno seguro. Alo sintió que su corazón se aligeraba mientras se sumergía en la distracción.

Entre risas y competiciones amistosas, Rai le dio un pequeño empujón a Alondra en un momento de despreocupación, provocando que ella se tropezara y cayera al sofá, llena de risas. “¡Rai ,Eso no fue justo!” exclamó, tratando de contener la risa mientras ella se echaba hacia atrás.

“Es parte del juego,” respondió Rai, con una sonrisa burlona en sus labios, mientras los demás se reían al unísono. “¡Tú elegiste la diversión!”

Alex, con su humor característico, continuó lanzando bromas que desafiaban a ambos, creando una atmósfera de alegría que hacía que las tensiones del día se desvanecieran poco a poco. Alondra sintió que su corazón comenzaba a sanar, aunque la herida familiar aún existía, ahora tenía el apoyo de sus amigos.

La noche pasó rápidamente, con carcajadas que resonaban y la alegría compartida entre ellos. En un momento, Alondra se encontró mirando a Rai con una sonrisa genuina, viéndola reír y disfrutar de la compañía. La calidez de esa conexión le dio un destello de luz en medio de la tormenta.

Al final de la noche, mientras se preparaban para despedirse, Alondra sintió una mezcla de tristeza y gratitud. Sabía que aún tendría que enfrentar a su madre, y esas emociones continuarían atacando, pero también estaba comenzando a entender que, con el tiempo, podría encontrar su propio camino. Las risas y la diversión con Rai y Alex la habían ayudado a recordar que no estaba sola en esto.

“Gracias por estar aquí, chicos. Realmente lo aprecio,” les dijo, su voz reflexiva pero llena de sinceridad. El apoyo que había recibido esa noche era invaluable y le dio la fuerza que necesitaba para enfrentar lo que vendría.

Mientras la noche llegaba a su fin, Alondra se sintió más fuerte. Había aprendido que los lazos elegidos podían ser una fuente de fortaleza, incluso en los momentos más oscuros. Con Rai a su lado y el apoyo inquebrantable de su amigo Alex, estaba lista para enfrentar la adversidad en su camino.

“Siempre estaré aquí,” le susurró Rai al oído en un momento en el que estaban a solas, mientras los demás se reían en la distancia. “No importa lo que pase, siempre tendrás mi apoyo. Eres demasiado valiosa como para quedarte atrapada en la decepción.”

Las palabras de Rai fueron como un bálsamo para su corazón herido. La amistad y el amor que compartían se sentían más fuertes que nunca. Alondra le devolvió una sonrisa llena de gratitud y esperanza, lista para seguir adelante.

Más allá de la Pantalla (railo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora