Él sin decir una palabra se acercó a ella y por instinto cerró los ojos, Ryu le colocó su corbata de la escuela ya que ella no llevaba una.
─ ¿Qué..?
─ algunos profesores están revisando el uniforme, te regañaran si no traes la corbata.
─ ah.. ya entiendo. Gracias pero no la necesito, puedes quedartela ─trató de dársela pero él la detuvo.
─ ¡entregamela después! ─gritó porque había comenzado a correr.
. . .
─ ¡Agh..!! ─exclamó la castaña─ realmente no entiendo a SunJae. Primero me ignora por días, a todos lados va con una chica y de la nada vuelve a acercarse a mí y tratarme como si le importara.
Su amiga le daba palmaditas en la espalda en forma de consuelo ─ ¿Será que estaba asustado por lo que sentía cuando estaba contigo y por eso se alejó?
La contraria negó de inmediato ─ él mismo me confesó sus sentimientos días antes.
─ o tal vez ¿Cambiaron a SunJae y ahora es el mismo que conociste?
─ ¿lo dices enserio? ─habló con molestia.
─ bueeeno, nunca sabes ..
─ olvídalo, vayamos a clases.
. . .
Ambas chicas salieron bostezando de su salón, por fin era su descanso después de una dura clase de matemáticas de 2 horas. Cuando un bulliceo llamó su atención, parecía que dos personas estaban discutiendo.
─ ¡en lugar de darme consejos ridículos ve a la tumba de tu madre y disculpate! ¡Idiota! ─escuchó gritar provocando que su sangre hirviera de coraje.
Corrió hacia aquel maleducado chico y le dió sus "famosas" patadas de karate (ya que lo practico un tiempo cuando era pequeña), tirándolo al piso quejándose de dolor.