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DELICATE charles leclerc
Capitulo: 8
































































DELICATE charles leclerc Capitulo: 8

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IF I COULD FLY

[2 años antes]
París, Francia
Diciembre del 2019

El ambiente en la fiesta de fin de año en París era electrizante. La sala estaba adornada con luces brillantes y elegantes decoraciones que reflejaban la opulencia del evento. Charles, vestido con un impecable esmoquin, estaba acompañado por Charlotte, su novia. La gente de la alta sociedad, junto con algunas estrellas del deporte y el entretenimiento, se mezclaban en una atmósfera de lujo y sofisticación.

Charles intentaba disfrutar de la fiesta, pero no podía quitarse de la mente la imagen de Oliver. Aunque no se habían visto en meses, las memorias de su no relación secreta seguían frescas. Y ahora, al ver a Charlotte y al tratar de mantener la fachada, el dolor y la confusión de esos días volvían a atormentarlo.

De repente, su mirada se encontró con la de Oliver. Oliver estaba en la entrada, con su característico aire desenfadado, vestido con una chaqueta de terciopelo que acentuaba su estilo irreverente. La sorpresa y la ansiedad se mezclaron en el estómago de Charles al ver a Oliver acercarse. Su sonrisa traviesa y su caminar confiado no hacían más que intensificar los sentimientos que Charles había estado intentando reprimir.

—Charles, cuánto tiempo, — dijo Oliver, extendiendo los brazos para un abrazo que parecía más íntimo de lo esperado. Charles, sintiendo el calor de su cuerpo, respondió al abrazo con una mezcla de nostalgia y ansiedad.

—Oliver, —respondió Charles, su voz temblando ligeramente. —No esperaba verte aquí.

Mientras la fiesta avanzaba, Charles y Oliver se encontraron inevitablemente cerca el uno del otro. La conversación fluyó con facilidad, y sus risas llenaron el aire como si no hubiera pasado el tiempo. Pero a medida que la noche avanzaba, el deseo reprimido de Charles comenzó a aflorar, llevándolos a una esquina apartada de la fiesta.

En ese rincón oscuro, los viejos sentimientos se desataron. Charles y Oliver se besaron con una intensidad que reflejaba el dolor y el anhelo acumulado. El mundo parecía desvanecerse alrededor de ellos, y por un momento, todo parecía perfecto.

Pero entonces, la realidad se impuso de nuevo. Charles se apartó bruscamente, su respiración entrecortada y sus ojos llenos de miedo.

—No podemos hacer esto, Oliver, —murmuró Charles, intentando recuperar el control. Sus palabras salieron como un susurro desesperado.

—¿Por qué no? Sabes que quieres esto tanto como yo, —respondió Oliver, su voz cargada de dolor y desafío.

Charles sacudió la cabeza, su mente en caos.— No puedo... la FIA, mi carrera, todo se vendría abajo si alguien se enterara, —explicó, sintiendo que sus propias palabras sonaban vacías y sin convicción.

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