DELICATE // Charles Leclerc

⚝12

DELICATE charles leclerc
Capitulo: 12

ILLICIT AFFAIRS

30 de Junio del 2021
Pensilvania, EEUU.

Los días en la clínica pasaban lentos, pero para Oliver, cada uno de ellos representaba un pequeño avance en su recuperación. La rutina estaba diseñada para mantenerlo enfocado: terapias diarias, grupos de apoyo, ejercicio físico, y, por supuesto, la música, su eterna compañera.

La Dra. Ramirez, una mujer de voz suave pero firme, se había convertido en un pilar en su vida. Era más que su terapeuta; era la guía que lo estaba ayudando a enfrentar los fantasmas que lo habían perseguido durante tanto tiempo. Cada sesión era una lucha interna, una batalla contra los miedos y el dolor que había enterrado profundamente.

—Oliver, necesitas enfrentar tus demonios para poder liberarte de ellos — le repetía la Dra. Ramirez en cada sesión, sus ojos reflejaban una comprensión que a veces lo asustaba. —No puedes seguir huyendo.

Fue durante una de esas sesiones que Oliver finalmente se sintió listo para hablar de Charles. Hasta ese momento, había evitado mencionar su nombre, como si al hacerlo, el dolor volviera a ser tan agudo como el día en que lo había dejado. Pero la Dra. Ramirez sabía cómo empujarlo suavemente hacia ese abismo emocional.

—Charles fue todo para mí —comenzó Oliver, su voz apenas un susurro. —Lo amaba, pero me destruyó. Y lo peor es que, a pesar de todo, sigo amándolo.

La Dra. Ramirez lo escuchó atentamente, permitiéndole desahogarse. No lo interrumpió, ni lo juzgó, solo lo dejó hablar hasta que no quedó nada más que decir.

—Es importante que te permitas sentir el dolor, Oliver —le dijo cuando él finalmente se quedó en silencio, su pecho subiendo y bajando rápidamente por la intensidad de la conversación. —Solo así podrás superarlo.

A partir de ese día, algo cambió en Oliver. Empezó a abrirse más, no solo en las sesiones de terapia, sino también con su hermana Taylor y con Arthur Leclerc, el hermano menor de Charles. Arthur había aparecido en su vida como un apoyo inesperado, llamándolo diariamente después de enterarse del compromiso de Charles. Las llamadas de Arthur se habían convertido en un salvavidas, un recordatorio de que, aunque el amor que sentía por Charles había sido traicionado, no estaba completamente solo.

Un día, mientras estaba en la sala común de la clínica, Oliver decidió mostrarle a Arthur una canción en la que había estado trabajando. Lo hizo a través de una videollamada, donde Arthur, con su habitual actitud serena, lo observó con atención.

—Se llama "Girl Crush" —dijo Oliver, esbozando una pequeña sonrisa mientras afinaba la guitarra.—Creo que todos podemos identificarnos con algunas partes.

Oliver comenzó a tocar, y la sala se llenó con la suave melodía de la canción. Arthur escuchó en silencio, sus ojos se volvieron más serios a medida que las letras resonaban en su interior. La canción era un reflejo del dolor de Oliver, de la desesperación de amar a alguien que nunca podría ser suyo, de la necesidad de tenerese amor para poder ser feliz.

Cuando Oliver terminó, la conexión entre ellos se había fortalecido aún más. Arthur, conmovido por la honestidad de la canción, solo pudo decir:

—Es hermosa, Oliver. Tienes un don para transformar el dolor en algo tan... puro.

Oliver asintió, sintiendo una paz interna que no había conocido en mucho tiempo. A través de la música, había encontrado una forma de expresarse que iba más allá de las palabras. La canción se convirtió en su himno personal, un recordatorio de que incluso en los momentos más oscuros, podía encontrar belleza en el arte que surgía del dolor.

Con el tiempo, Oliver comenzó a participar más en las actividades grupales de la clínica. Empezó a hacer nuevos amigos, personas que, como él, estaban luchando por encontrar su camino de regreso a una vida normal. Las historias de sus compañeros, llenas de lucha y esperanza, lo inspiraron a seguir adelante. Encontró consuelo en la escritura, en componer canciones que hablaban de su viaje, de su batalla contra la adicción y del amor perdido.

La música se convirtió en su salvación, una terapia que lo ayudaba a procesar todo lo que había vivido. Cada acorde, cada nota, era un paso más hacia su recuperación. Y aunque sabía que el camino sería largo y lleno de desafíos, por primera vez en mucho tiempo, Oliver se permitió sentir esperanza. Sabía que no estaba solo, que tenía a Taylor, a Arthur, a sus demas amigos y a un equipo de profesionales que lo apoyaban en cada paso. Y con esa red de apoyo, estaba decidido a luchar, a recuperar su vida y, quizás, a encontrar una nueva forma de amar.