Capítulo once: El Espejo de la Verdad.
Miré la carta con una mezcla de anticipación y temor, la intriga y la inquietud se entrelazaban en mi mente. Había esperado este momento durante tanto tiempo, y ahora, al sostener la carta en mis manos, sentía que el peso de mi destino pendía de un hilo. La volví a examinar, cada detalle parecía tener un significado oculto. Con una respiración temblorosa, comencé el conteo: uno... dos... y... nada.
La hoja en blanco me miraba desafiantemente. ¿Qué significaba esto? ¿Era alguna especie de broma cruel? La frustración me envolvía, y mi paciencia comenzaba a agotarse.
>> Oh, espera, creo que te di la carta equivocada.
La voz en mi cabeza era tan inesperada como perturbadora. Ya estaba a punto de romper la carta y dejarla en pedazos cuando la voz me detuvo.
>> No, no es la carta equivocada. Apaga la luz.
Un escalofrío recorrió mi espalda. ¿Por qué apagar la luz? ¿Qué tenía eso que ver con el mensaje que estaba esperando? Mi mente estaba llena de dudas, pero la voz tenía un tono que no podía ignorar.
>> Solo confía en mí.
Confiar en una voz que vive en mi cabeza, ¿por qué no? A pesar de mi desconfianza, me dirigí al interruptor y lo apagué. La habitación se sumió en una oscuridad casi tangible, el único respiro de luz provenía de la luna, que se filtraba a través de las ventanas. El silencio era abrumador.
>> Cierra las ventanas.
¿Estás loco? Sin la luz, no voy a ver nada. La idea de quedarme a oscuras en una habitación que ya parecía siniestra me aterrorizaba.
>> Ese es el propósito.
Un sentimiento de pánico me envolvía. No estaba dispuesta a obedecer sin entender el motivo. Intenté mantenerme firme, pero las cortinas se movieron solas y se deslizaron hasta quedar completamente cerradas. Un frío helador se apoderó de la habitación, y un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Un fantasma? ¿Un poltergeist? Mi corazón latía con fuerza.
Estaba a punto de gritar por ayuda cuando unas manos frías y firmes me cubrieron la boca, sofocando cualquier intento de llamar. Mi respiración se volvió irregular mientras trataba de liberarme, pero las manos me mantenían inmovilizada.
— Shh, solo cállate y pásame la carta — susurró una voz fría y autoritaria. Temblando, le entregué la hoja. Las letras negras en la carta comenzaron a brillar intensamente en la oscuridad, proyectando una luz fantasmal que iluminaba la habitación con un resplandor inquietante.
— Ahora léela en silencio — ordenó la voz.
"Ellos te mienten. No son quienes dicen ser; son malvados y tú no lo sabes. Puedes sentirte segura ahora que conoces la cruel realidad y tu oscuro pasado. Te dirán que mintieron para protegerte, pero será una mentira, como lo ha sido tu vida hasta ahora. Solo sigue mis instrucciones al pie de la letra si quieres salir del mundo de fantasía en el que te mantienen cautiva."
— ¿Qué demonios es esto? — murmuré, mirando alrededor con creciente desesperación. La luz se encendió de nuevo y, con ella, la hoja se volvió completamente blanca. Las letras negras y brillantes habían desaparecido, dejándome con una sensación de vacío y desconcierto.
Salí de mi habitación, la confusión y el miedo dominaban cada paso. La casa estaba extrañamente silenciosa. Las luces de las otras habitaciones estaban apagadas, y no había señales de que alguien estuviera despierto. La incertidumbre me envolvía como una niebla espesa.
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He Is Dangerous. (Rivamika) REMAKE y FINALIZACIÓN.
Fanfiction-¿Quién es él? -pregunté, sintiendo un nudo de curiosidad en el pecho. -Mira, mi linda azabache de tez blanca -respondió el chico rubio, inclinándose hacia mí con un susurro-. Solo tengo una cosa por decirte: él es peligroso. Mis ojos se desviaron h...