Capítulo 4: Confesiones y Desafíos

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La relación entre Mina y Tzuyu continuó fortaleciéndose en los días que siguieron a su intensa sesión en el estudio. Cada tarde, se reunían para trabajar en su nueva forma de sentir la música, pero más allá de la danza, lo que realmente crecía entre ellas era un lazo emocional que ninguna de las dos había experimentado antes.

Un viernes por la tarde, después de una larga semana de ensayos, Mina y Tzuyu decidieron tomarse un descanso y caminar por el parque cercano al campus. La brisa fresca acariciaba sus rostros mientras caminaban lado a lado, disfrutando de la tranquilidad del entorno.

—Este lugar es hermoso —comentó Tzuyu, mirando los árboles que comenzaban a cambiar de color con la llegada del otoño.

—Sí, me encanta venir aquí para despejarme —respondió Mina, sonriendo—. Es un lugar perfecto para reflexionar.

Ambas se sentaron en un banco cerca de un pequeño estanque, donde las hojas caían suavemente sobre el agua. Mina miró a Tzuyu, sintiendo que había llegado el momento de expresar algo que llevaba guardado en su corazón.

—Tzuyu, hay algo que quiero decirte —comenzó Mina, sintiendo una mezcla de nervios y determinación.

Tzuyu la miró con curiosidad, asintiendo para que continuara.

—Desde que empezamos a trabajar juntas, he sentido que algo dentro de mí ha cambiado —continuó Mina, tomando aire—. No solo en mi forma de bailar, sino en mi forma de ver la vida... y en mis sentimientos hacia ti.

Tzuyu sintió que su corazón se aceleraba. Sabía que había algo especial entre ellas, pero escuchar a Mina expresar sus sentimientos la llenó de emoción.

—Yo también he sentido lo mismo, Mina —respondió Tzuyu, acercándose un poco más—. Desde el primer día que te vi bailar, supe que había algo en ti que me atraía, algo que iba más allá de lo físico. Con el tiempo, he llegado a comprender que lo que siento por ti es más que amistad.

Mina sintió un calor en su pecho, una mezcla de alivio y alegría al escuchar esas palabras. Durante tanto tiempo había temido perder a Tzuyu si revelaba sus sentimientos, pero ahora sabía que ambos corazones latían al mismo ritmo.

—Tzuyu... —susurró Mina, sintiendo una oleada de emoción que amenazaba con desbordarla.

Tzuyu sonrió suavemente, tomando la mano de Mina y entrelazando sus dedos.

—No tenemos que apresurarnos en nada, Mina. Podemos tomarnos el tiempo que necesitemos para descubrir lo que esto significa para nosotras. Pero quiero que sepas que estoy aquí, y no planeo irme a ningún lado.

Mina asintió, sintiendo que un peso se levantaba de sus hombros.

—Gracias, Tzuyu. Gracias por entenderme y por estar a mi lado. No sé qué haría sin ti.

El momento era perfecto, y ambas se sentían conectadas de una manera profunda y significativa. Sin embargo, ese momento fue interrumpido por el sonido de un teléfono vibrando. Era el teléfono de Mina, que sonaba en su bolso.

Mina lo sacó y vio que era un mensaje de su profesor de danza, pidiéndole que se reuniera con él en el estudio al día siguiente para discutir algo importante.

—Es de mi profesor de danza —explicó Mina, mirando a Tzuyu con una mezcla de preocupación y curiosidad—. Quiere verme mañana para hablar sobre algo.

Tzuyu frunció el ceño levemente, sintiendo una inquietud en su estómago.

—¿Crees que es algo malo? —preguntó, preocupada por Mina.

—No lo sé, pero solo hay una manera de averiguarlo —respondió Mina, guardando su teléfono y mirando de nuevo a Tzuyu—. Sea lo que sea, lo enfrentaré. Y me alegra saber que estarás conmigo, pase lo que pase.

Tzuyu le sonrió, apretando suavemente la mano de Mina.

—Siempre, Mina. No estás sola.

Al día siguiente, Mina llegó al estudio de danza con el corazón latiendo con fuerza. Tzuyu la había acompañado hasta la puerta, pero Mina decidió entrar sola. Sentía que esta era una conversación que necesitaba tener por sí misma.

El profesor la estaba esperando, con una expresión seria en su rostro.

—Mina, gracias por venir —dijo el profesor, invitándola a sentarse—. Quiero hablar contigo sobre tu audición para la próxima presentación.

Mina sintió un nudo en el estómago, pero se sentó y esperó a que el profesor continuara.

—Sé que has estado trabajando muy duro, y puedo ver cuánto amas la danza —comenzó el profesor—. Pero también he notado que algo ha cambiado en tu técnica, en tu forma de bailar. Quiero saber si hay algo que te preocupa, algo que te esté afectando.

Mina tomó aire, sabiendo que este era el momento de ser honesta.

—Profesor, hay algo que necesito decirle —comenzó, sintiendo sus manos temblar ligeramente—. Estoy perdiendo la audición. Ha sido un proceso gradual, pero está afectando mi capacidad para escuchar la música y, por lo tanto, mi manera de bailar.

El profesor la miró con sorpresa, pero también con comprensión.

—Mina, no puedo imaginar lo difícil que debe ser para ti. Pero quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte. Si necesitas hacer algún ajuste o si hay algo que podamos hacer para ayudarte, estamos dispuestos a hacerlo.

Mina sintió una mezcla de alivio y tristeza. Sabía que su profesor quería lo mejor para ella, pero también sabía que esto significaba que su camino en la danza iba a ser más difícil de lo que había imaginado.

—Gracias, profesor. Realmente aprecio su apoyo —respondió Mina, sintiendo que las lágrimas amenazaban con salir.

El profesor asintió, mostrándole una sonrisa comprensiva.

—Tómate el tiempo que necesites para procesar esto, Mina. Y recuerda, la danza no es solo sobre escuchar la música. Es sobre sentirla, vivirla. Y eso es algo que, por lo que he visto, tú haces mejor que nadie.

Mina salió del estudio sintiéndose emocionalmente agotada, pero al mismo tiempo, más determinada que nunca. Sabía que tenía un largo camino por delante, pero también sabía que no estaba sola.

Al salir, vio a Tzuyu esperándola en la entrada. Sin decir una palabra, Mina se acercó y la abrazó con fuerza, sintiendo el apoyo de la persona que se había convertido en su pilar.

—Vamos a superar esto juntas, Mina —le susurró Tzuyu al oído—. No importa lo que venga, lo enfrentaremos juntas.

Mina asintió, sintiendo una nueva fuerza en su interior. Sabía que con Tzuyu a su lado, podía enfrentar cualquier desafío que la vida le pusiera por delante.

El Arte del SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora