Capítulo 19: El Gran Día

3 0 0
                                    

El día de la boda de Mina y Tzuyu finalmente había llegado. La mañana comenzó con una mezcla de nervios y emoción. El viñedo, donde habían decidido celebrar su amor, estaba bañado por la luz dorada del sol, y el aire estaba lleno del aroma de las flores silvestres. Cada detalle había sido cuidadosamente planeado, y ahora todo estaba listo para el momento en que Mina y Tzuyu se unirían en matrimonio.

Mina estaba en una de las habitaciones de la casa principal del viñedo, preparándose con la ayuda de sus amigas más cercanas. Nayeon, Sana y Momo estaban allí, asegurándose de que todo estuviera perfecto.

—Estás hermosa, Mina —dijo Nayeon, ajustando el velo con una sonrisa de orgullo—. Tzuyu no sabrá qué decir cuando te vea.

Mina sonrió, aunque los nervios le hacían sentir un nudo en el estómago. Se miró en el espejo, tomando un momento para absorber la realidad de lo que estaba a punto de ocurrir. Llevaba un vestido sencillo pero elegante, con detalles de encaje que acentuaban su figura. El velo, ligero como una pluma, caía suavemente sobre sus hombros.

—No puedo creer que este día haya llegado —dijo Mina, sus ojos brillando con lágrimas contenidas.

Sana, que estaba a su lado, tomó su mano y le dio un suave apretón.

—Este es solo el comienzo de algo increíble, Mina. Has encontrado a alguien que te ama de verdad, y hoy celebramos eso —dijo Sana, con una sonrisa cálida.

Mientras tanto, en otra habitación, Tzuyu también se preparaba, con la ayuda de Chaeyoung y Dahyun. Aunque solía ser la más tranquila de las dos, ese día los nervios también la acompañaban.

—¿Estás lista para esto, Tzuyu? —preguntó Chaeyoung mientras ajustaba el cuello del traje de Tzuyu.

Tzuyu asintió, tomando una respiración profunda.

—Más que lista. He esperado este día durante mucho tiempo —respondió Tzuyu con una sonrisa segura, aunque su corazón latía con fuerza.

Dahyun, con su típica energía, trataba de mantener el ambiente ligero.

—Bueno, más vale que lo estés, porque Mina está radiante hoy. No puedes dejar que te vea temblar —bromeó Dahyun, dándole un ligero golpe en el hombro.

Tzuyu rió, agradecida por el apoyo de sus amigas. Se miró en el espejo y se tomó un momento para centrarse. El traje que había elegido era sencillo pero elegante, perfectamente adecuado para la ocasión. Sus pensamientos volaron hacia Mina, imaginándola en su vestido, y no pudo evitar sonreír.

Cuando llegó la hora de la ceremonia, los invitados se reunieron en el jardín, donde las sillas blancas estaban dispuestas en hileras, todas ellas decoradas con flores. Un arco de madera, adornado con ramas y flores, marcaba el lugar donde Mina y Tzuyu se unirían en matrimonio.

La música comenzó a sonar, y Tzuyu se colocó en su lugar, esperando la llegada de Mina. El mundo parecía detenerse cuando la vio aparecer al final del pasillo, del brazo de su padre. El tiempo pareció ralentizarse, y todo lo que Tzuyu podía ver era a Mina, radiante y hermosa, acercándose a ella con cada paso.

Mina también sentía que el mundo a su alrededor se desvanecía, dejándola sola con Tzuyu en ese momento tan especial. Cuando finalmente llegó a su lado, Tzuyu le tomó la mano, y ambas se sonrieron, sintiendo una conexión profunda que iba más allá de las palabras.

El oficiante comenzó la ceremonia, pero para Mina y Tzuyu, parecía que todo sucedía en un sueño. Las palabras que se dijeron y los votos que intercambiaron se grabaron en sus corazones, marcando el comienzo de su vida juntas como esposas.

—Mina, prometo amarte, respetarte y apoyarte en todo momento. No importa lo que la vida nos depare, sé que podremos enfrentarlo juntas. Hoy, me comprometo a ser tu compañera, tu amiga, y tu amor por siempre —dijo Tzuyu, su voz llena de emoción mientras deslizaba el anillo en el dedo de Mina.

Mina, con los ojos llenos de lágrimas, tomó un momento para calmarse antes de decir sus votos.

—Tzuyu, te amo más de lo que las palabras pueden expresar. Prometo estar a tu lado en cada paso de nuestra vida, apoyarte en tus sueños y compartir contigo cada alegría y cada desafío. Hoy, me comprometo a ser tu compañera de vida, tu apoyo y tu refugio. Te amo, y siempre te amaré —dijo Mina, deslizándole el anillo a Tzuyu con manos temblorosas.

El oficiante las declaró esposas, y cuando se besaron por primera vez como pareja casada, los aplausos y vítores de los invitados llenaron el aire. Pero para Mina y Tzuyu, en ese momento, solo existían la una para la otra.

Después de la ceremonia, la celebración continuó en el viñedo, con una recepción al aire libre bajo un cielo estrellado. Las luces colgantes y las velas crearon un ambiente mágico mientras los invitados disfrutaban de la comida, la música y el amor que irradiaba de Mina y Tzuyu.

El primer baile como esposas fue un momento que ambas habían anticipado con emoción. Escogieron una canción lenta y significativa, una que había estado con ellas a lo largo de su relación. Mientras se movían al ritmo de la música, Tzuyu y Mina se miraron a los ojos, comunicándose sin palabras todo lo que sentían.

—Nunca olvidaré este momento —susurró Mina mientras descansaba su cabeza en el hombro de Tzuyu.

—Yo tampoco —respondió Tzuyu, apretando a Mina un poco más cerca—. Este es solo el principio de nuestra historia.

La noche continuó con risas, baile y momentos de alegría compartida con sus seres queridos. Pero para Mina y Tzuyu, lo más importante era que ahora estaban unidas de una manera que nada ni nadie podría romper. Habían comenzado un nuevo capítulo en sus vidas, y sabían que, sin importar lo que el futuro les trajera, lo enfrentarían juntas, con el mismo amor y compromiso que las había llevado hasta allí.

El Arte del SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora