Aventuras en la selva - KIVI

CAPITULO 14

Durante algo más de tres horas, la puerta de la habitación se mantuvo cerrada, en el instante en que salía Lula, agotada por su esfuerzo, la radio le informaba a Vilches que Dávila estaba allí, Teresa lo miró como pidiendo un poco de paciencia, Chiara que dormía ante el ruido abrió los ojos, le impactó ver el estado de aquella kindoki, tragó saliva.

- ¡Lula tengo que hablar con Dávila! – se apresuró a decirle

- Lula cariño

- Mono salaka mana... Mvula ke noka... na mianda kele nanki mono (mi
terminó, está lloviendo... los espíritus están conmigo)

- Melesi Lula... melesi

- ¿Qué coño le digo a Dávila?, que está lloviendo...

- Por ejemplo... ¿quieres qué se lo diga yo?

- Me vais a volver loco

- Chiara... - le sonrió

- ¿Qué ha dicho Lula?

- Parece ser que ha salido bien, cuando hace su trabajo y llueve, es como si los espíritus le dieran la señal de que van a lavar su suerte... que van a purificar su trabajo

- Que curioso – susurró algo impactada

- Voy a ver a Violeta – dijo Teresa

- Vale yo...

- Tú no te mueves de ahí, ¿vale? – la miró sonriente con el dedo en alto

- Vale

Mientras Vilches hablaba con un Dávila sorprendido

- No te entiendo, violeta está para venir aquí, ese ojo tenía muy mala pinta

- Pues ya ves, los antibióticos y los parches le han ido bien

- ¡Vilches... tenía un derrame ocular!

- Te estoy diciendo que está bien – insistía - Mañana le volveré a repetir la misma operación – mientras pensaba "me pondré una túnica tipo Lula y cantaré Esos ojos negros... esos ojos negros no los quiero ver llorar... ¡ay que joderse!

- Muy bien... no entiendo nada, pero... quedé contigo que vendría

- No, te dije que según transcurriera la noche, y la noche ha evolucionado bien – "como la brujería no funcione me veo de celador en el Central"

- ¡Vilches... Vilches! – decía refunfuñando

- ¡Dávila cariño... qué tal guapo!

- ¿Cariño... guapo? – le movía los labios Vilches sin alzar la voz atónito mientras Teresa le hacía un ademán para que se callara

- Esa es mi Teresita

- Oye y porqué no os casáis y dejáis de tonterías ya...

- Anda calla que eres muy pesadito tú. ¿Te ha contado Vilches?

- No, no – decía moviendo los brazos de lado a lado con los índices elevados

- Algo sí

- Creo que tenemos un médico que no sabemos todavía lo que vale... oye por cierto, Massamba está cazando, voy a hacer un gran asado con tomatitos asados y verdurita... ¿te guardo?

- Me ganas Teresa, me ganas... se me está haciendo la boca agua

- Pues nada yo como es para ti te guardo, un poco ¿vale?
- Bien – sonrió mientras Vilches ponía sus ojos en blanco y movía las manos graciosamente ante tal pinta, Teresa debía taparse la boca para que no la oyera reírse - Entonces... ¿qué hacemos con Violeta?