El fichero se abrió, y justo en ese momento a violeta le entró una especie de revuelo en su estómago, sin poderlo evitar pensó que quizá vería alguna fotografía de su novio, o con algún otro chico algún beso, alguna caricia, carraspeó con delicadeza, aquello era una señal de que chiara le importaba más de lo que ella misma quizá pensaba, entrelazó sus dedos sobre el vientre de chiara , ésta comenzó a comentarle las fotografías.- ¿Qué te parece? era mona de bebé, ¿eh?
- ¡Qué gorda!, seguro acabaste con toda la leche de tu madre
- No me dio el pecho... - en su voz un pequeño matiz de tristeza
- Mira que mona ella... - reía abiertamente al verla con corta edad en la playa
- Eso eran los veranos, yo estaba con mi tata
- Me recuerdas tanto a mí – la estrechó con fuerza contra ella
- La verdad que no tuve una niñez para sentirme triste, pero, me faltaba algo
- Nos faltó el calor, yo pensaba que cuando tuviera un hijo nunca le faltaría eso, calor de hogar, el calor de una madre – la voz le falló por un momento y entonces chiara apartó sus manos del vientre entendiendo que hablaba de su hijo, entrelazó sus dedos y sonrió - ¿Y este perro?
- Se llamaba Poquito – reía abiertamente y su sonrisa arrastraba sin remedio a la de violeta- Eran tan poquita cosa, que terminamos poniéndole Poquito...
- Yo tuve también uno que era más malo
- Como tú, estoy segura, seguro que le enseñabas cosas malas –sonrió
- Pues ya veo a Poquito siendo un bichejo – dio una carcajada al ver que en una foto salía chiara con el perro metidos en la playa ambos con cara de susto
- Sabía que te ibas a reír, no sabes lo fría que estaba el agua, creo que le tengo tanta manía al mar por eso, por la impresión que me dio tanto a mí como a mi pobre perrito
- Pensé que una mujer como tú le gustaría el mar
- Y me gusta, me gusta ir a pasear, pero entrar en el agua, siempre me impresiona
- Jajajajajaajaja – se moría de la risa
- No te pases
- Ya eras patosa de pequeña – decía muerta de risa al verla caída junto a la bicicleta
- ¡Anda pues claro! – decía riendo sin remedio - Mi madre siempre me decía, ¡haz el favor de no hacer ninguno de tus numeritos! – la imitaba con voz estridente
- No me extraña... si es que... ¡uf!, que dolor de barriga – decía tratando de calmarse
Así fueron pasando las fotografías, reían en la mayoría, en otras violeta llegó hasta a silbar, y cuando ya fueron llegando a la actualidad el nerviosismo que trataba la Pediatra de disimular, le llenaba las venas recorriendo su sangre, mezclándose en ella para llegar a su corazón provocando casi una taquicardia. Aquella chiara le encantaba, tenerla así, y no quería ver una sola fotografía con su ex o con ningún otro.
- Y esta fue un día muy especial para mí, me di cuenta que la vida era otra cosa, en este yate me dije, chiara esto no es lo tuyo – decía con voz triunfante
- Menudo yate
- Si, ¿tú no tenías?
- No, yate no... ¿aún lo tienes? – la estrechó nuevamente entre sus brazos
- Mi padre sí
- ¿Me llevarás un día en yate?
- ¿Me estás tomando el pelo? – la miró de reojo girando un poco su cara hacia la derecha, aprovechando violeta y dejándole un beso en la nariz - ¿No has subido nunca a un yate?

ESTÁS LEYENDO
Aventuras en la selva - KIVI
Fiksi PenggemarUna historia de odio y mucho amor, una hace todo lo posible para no enamorarse y la otra... la otra pelea para lograrlo. •ADAPTACIÓN• Historia original Idana