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"Sabes que esto está mal... ¿verdad?"
Baelon habló al escuchar a su madre entrar en sus aposentos. La coronación de Aegon había pasado, y Alicent estaba visiblemente preocupada por su primogénito, quien había mostrado durante toda la ceremonia una expresión que dejaba claro su enojo con la "decisión" que su padre había tomado antes de morir.
"Tu padre dejó muy en claro su deseo de que Aegon, tu hermano, fuera el rey."
Alicent habló con firmeza, pero Baelon solo rio levemente antes de girarse para mirar a su madre. Hasta ese momento, había estado de espaldas, calentándose las manos junto al fuego. El primogénito de la reina viuda no parecía convencido de la supuesta voluntad de su padre, pues siempre había creído que Rianne sería la heredera.
"De todas formas... no asistir al casamiento de Rhae, tu hija... ¿acaso le avisaste siquiera que el rey había muerto?"
Rara vez Baelon se refería a Viserys como "padre". Desde el nacimiento de Aegon, cuando el rey empezó a ignorarlo, Baelon dejó de llamarlo así, refiriéndose a él únicamente como "el rey". Sin embargo, su madre siempre había estado a su lado, al igual que con sus hermanos. Cuando Baelon era niño, Alicent solía cuidar de sus rizos, dando indicaciones precisas a las criadas sobre cómo tratarlos, y también le leía por las noches, sabiendo que tenía problemas para dormir.
La pelirroja se acercó a su hijo para hablarle, pero apenas mencionó la palabra "abuelo", Baelon la corrigió, refiriéndose a Otto simplemente como "Ser Otto". Tampoco tenía una buena relación con él desde el nacimiento de Aegon, ya que Otto también lo había dejado de lado.
"Ser Otto, tu abuelo, fue a Dragonstone para explicarle la situación a Rianne... y también me dejó a cargo de darte una misión muy importante que debes cumplir con Aemond."
Alicent miró a su hijo a los ojos, pero Baelon desvió la mirada, pensando durante un momento antes de preguntar de qué se trataba la misión. No tenía problemas en realizarla, menos aún si era con Aemond, ya que sabía que su hermano iría con su dragón.
"Tienes que ir a Storm's End y convencer a Borros Baratheon de apoyar el reclamo de tu hermano."
Ante estas palabras, Baelon volvió a quedarse en silencio, reflexionando durante unos minutos. Podría cumplir con la misión por su hermano, pero no podía dejar de pensar en la posible reacción de Luke al enterarse de que su amado apoyaba la usurpación de Aegon. Baelon no estaba de acuerdo con la mayoría de las decisiones que tomaba su madre, y esta era una de ellas. Sin embargo, Alicent aún no había terminado de hablar.
"Si es necesario... debes casarte con una de las hijas de Borros Baratheon."
Al escuchar estas últimas palabras, el joven soltó una leve risa mientras se alejaba de su madre, acercándose a su cama y sentándose en el borde. Jugó ligeramente con el anillo que Viserys le había regalado en su último cumpleaños juntos; el anillo tenía una piedra preciosa de color verde, que representaba los colores de su dragón y de su casa, Hightower.
