Capitulo veinticinco

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Jueves en la noche, Corea del sur;

Park Jimin, Jeon Jungkook y Kim Taehyung, ningún apellido coincidía pero entre ellos había algo, eso que los hacía sentir cálidos en el pecho, y dejar de tener frío en la noche

En caso de Taehyung, miedo también.

Tal vez esa noche que lo separaron de su familia, la lluvia estaba totalmente enfurecida con la ciudad, porque dentro del auto donde estaba totalmente atado y solo, aun podía escuchar las gotas cayendo bruscamente y los truenos asustandolo al par de los baches que cruzaba.

Duro horas de esa manera, dónde sentía que a propósito pasaban por la calle más incómoda para molestarlo. Sus muñecas le dolían por lo ajustadas que estaban la soga ese día, igual que sus tobillos, por la fuerza de intentar liberarse con todas sus fuerzas

Ahora sí el pequeño rubio dormía, tenía que hacerlo solo si Jimin o Jungkook estaban a su lado. Dormir en casa de Jin fue horrible el primer día, puesto que el no estaba al tanto se aquella situación y simplemente lo dejó solo en su habitación. Tenía un ego enorme que no se permitiría hablarle a Jungkook después del incidente, y tampoco podía recurrir a Jimin, puesto que si lo llamaba en la situación menos adecuada, habría problemas con su esposo, con el rubio, y con el contador.

Ahora Jimin tenía que ocuparse solo del adolescente y de que su novio no matara a nadie solo porque sí, y definitivamente le resultaba más tranquilo cuidar a Taehyung, quien tenía una habitación decorada con estrellas brillantes, pósters de superhéroes y algunas cosas más que no se podían ver bien por la poca luz. Aunque justo este, estuviera jugando el Nintendo Game & Watch mientras los mayores aprovechaban para charlar

–Jimin, no sé lo puede llevar, ¿Qué le pasa?– Jungkook viró los ojos, enojado

–Dice que está muy delgado, y que se ve demacrado, que no lo cuidamos bien– el rubio dijo, cabizbajo

–¿Y lo vas a dejar ganar? Taehyung no se va, punto final y no más discusión.–

–Es momento de que seamos serios Jungkook, porfavor, hay que hablar como los adultos que somos– carraspeó –Tenemos descuidado a Tae–

–¡Pero no le hace falta nada!, ¡Es un maldito adolescente y solo está actuando como tal!–

–¿Y si de verdad necesita un modelo a seguir?–

–¿¡Y Seokjin que ejemplo le va a dar a Taehyung!?, ¿¡Es la persona más ejemplar que conoces!?, ¡No!–

En ese momento Taehyung despegó un poco la mirada de su juego, que ahora marcaba la hora.

Se les olvidaba que su habitación estaba a lado de la del menor. Y que su intentaba prestar atención a la plática lo haría sin problema

–Taehyung me contó que el solía ir de compras seguido, tenía muchos amigos, era un exelente alumno, pinta hermoso y le encantaban los videojuegos y el jazz. ¿No te gustaría que tae-tae tenga una educación adecuada?–

–No la necesita, me va mejor que a un licenciado.– el pelinegro negó

–¡No sabemos lo que piense Tae!, ¿¡Por qué decides por el!?, ¡Nunca le hemos preguntado que es lo que quiere!, ¡No lo sabes y lo asumes sin pruebas!– El rubio dejó de lado la paciencia, tal vez el mayor defecto de su novio era su terquedad y su imprudencia

–¿¡Y por qué parece que se lo quieres entregar!?– le gritó de vuelta, con los ojos aguados –¡Nos gastamos el dinero en mierdas, podríamos empezar a ocuparlo con Tae!, ¿¡Por qué la única opción es que se lo lleve!?–

–¡Mira lo que somos!, ¡Eres un irresponsable y yo un drogadicto!, ¿¡Qué futuro le espera!?, ¡Lo último que quiero es que sea como yo!– Jimin ahora empezó a lagrimear –¡Yo solo quiero lo mejor para el!, ¡Aunque signifique separarnos!–

𝑀𝑖𝑑𝑛𝑖𝑔𝑡ℎ 𝑂𝑟𝑑𝑒𝑟𝑠 | 𝑁𝑎𝑚𝑗𝑖𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora