Capitulo veinticuatro

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Tal vez en la plena juventud Seokjin no tuvo la oportunidad de ir a centros comerciales tanto como lo soñaba, o tener cosas caras y bonitas como las que veía en televisión. El quería algún día tener todo eso que los demás presumían

Y al entrar a la vida del moreno todo eso cambio, y dejo de ver tanto la televisión soñando con tener alguna de esas cosas y comenzó a comprarlas incluso por diversión, si a Namjoon no le afectaba, con Seokjin no sería diferente

Había estacionado su Porsche 959 Canepa en color blanco en el estacionamiento del mismo, se sentía feliz de estar allí junto a Yoongi antes de salir.on el permiso de Namjoon y un par de guardaespaldas Seokjin salió junto con Agust y salieron a un par de compras. Normalmente el más pálido no iba a admitir que le gustara escuchar pop muy seguido. Pero en cambio su amigo era el fan número uno aquellas canciones
y el centro comercial estaba repleto de ellas

–¿Qué vas a comprar?, ¿Tienes algo en mente?– preguntó

–Todo lo que me guste, absolutamente todo– sonrió, notando el gran lugar donde estaba, una plaza gigante donde podía tener todo lo que quisiera.

Aquellos hombres atrás de ellos quienes cargaban las bolsas suspiraban cada que el esposo del jefe paraba en algún lado. De primera instancia compró un par de abrigos, seguido de un par de zapatos, algunos labiales y demás maquillaje.

–¡Viste que lindos pendientes!– dijo Seokjin mirando a los aparadores de la tienda

–¡Tienes que comprarlos!– el pálido invitó, con una sonrisa, y lo vió entrar allí solo

–¿Por qué vienes si no has comprado nada?, ¿No te encantaría ayudarnos con unas bolsas?–

–No sean exagerados, son solo diez, la última vez fueron veintidós.–

–Pero no creo que hayamos terminado– suspiró

–No lo hemos hecho, pero gocen que ahora son pocas porque yo todavía no he empezado– le sonrió, ahora yendo donde Seokjin

Ah, Seokjin. Ahora el imponía una vibra rosa con olor a alguna fragancia cara que no sabía nombrar, al igual que una imponente, no recordaba la última vez que este haya recibido una humillación sin haberlo golpeado, usualmente confiaba en el poder de sus palabras, pero sus puños siempre serían más seguros.

Lo veía sonreír y charlar con la chica de la caja

–¿Escogiste algo?–

–¡Si!, ¡Muchas cosas!–

Porque su amigo era guapo, carismático, y adinerado. Recordaba que con el siempre cargaba una tarjeta de crédito, un labial y una pistola o en su defecto, una navaja.

–Compré pocas cosas hoy, solo lo necesario–

Si, era totalmente Jin.

Namjoon había convocado a la gran mayoría de sus allegados para discutir asuntos sobre su trabajo, y todo iba relativamente normal, hasta que Seokjin abrió la puerta, con un tinte castaño retocado, unos lentes de sol, un gran abrigo rosa y totalmente feliz de ver a todos

–Seokjin, ¿Cómo te fué?–

–¡Grandioso!, Pero estoy cansado de caminar tanto, bebé.– dijo, quitándose los zapatos, para después entrar y llegar hacia donde su esposo, para depositar un beso en los labios del moreno que duró apenas unos segundos, para después sonreírle

–Aveces me gustaría ser como Seokjin– dijo Jimin, notando como es que este acababa de llegar con bolsas llenas de ropa y cosas de todas las marcas, saludando así a Namjoon con un cálido beso antes de subir emocionado con Yoongi a su par

𝑀𝑖𝑑𝑛𝑖𝑔𝑡ℎ 𝑂𝑟𝑑𝑒𝑟𝑠 | 𝑁𝑎𝑚𝑗𝑖𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora