La Simulación: La Detonación

capítulo 13

Cuando fue mi turno, me pasaron con un par de soldados, quienes hicieron lo mismo conmigo, haciéndome un par de preguntas sobre mi estado de salud y mi condición física.

Tuve que dejar mi cartera y mi celular en una charola de metal ya que no podía llevar absolutamente nada conmigo; para agilizar el proceso, pidieron que estuviera muy atento, trayendo consigo un aparato electrónico de exploración en oftalmología.

Me pidieron que abriera lo más posible mis ojos solo por unos segundos.

En el fondo de un escritorio, se reflejaba a través de sus monitores, casi transparentes, el color de mi iris y mi pupila dilatada en un máximo de nitidez posible.

Uno de ellos, que parece ser coronel, platico un par de segundos con dos médicos que traían consigo, tabletas electrónicas, escribían datos, asintiendo el coronel con su cabeza, dando por concluido el diagnostico.

Algunas personas que terminaban el proceso continuaban con el trayecto, para salir a Ponte Luis I.

—¡Llévenselo, es candidato! —Menciona el coronel, en voz alta a un par de acompañantes por detrás de él.

—¡Esperen! —¿Llevarme a dónde? —¿De qué están hablando? —Abjuro sobre las instrucciones de aquel señor.

Me toman de los hombros con violencia, sintiendo una fuerte opresión por los soldados.

Uno de ellos abre la puerta de un edificio, donde accedimos a la recepción, para subir rápidamente por las escaleras, mientras era vigilado por algunos de ellos en el camino, aquellos apuntaban sus armas sin dejar de verme al rostro en cualquier segundo.

Al llegar a la azotea, me pidieron agacharme, donde me obligaron a inclinar la cabeza hasta subir a un helicóptero con las hélices encendidas.

Al subir, uno de ellos cerro por detrás, quedándome con solo un soldado y un par de científicos con trajes de radiología, el hecho inédito me perturbo hasta que mis oídos se ensordecieron por unos segundos con el despegue del helicóptero.

Al surcar por los aires, observe a través de la ventana mi sombra con los rayos del sol, hasta enfocar el puesto de control, donde la gente peleaba con los soldados, denotando los destellos y las ráfagas de las metralletas contra los ciudadanos.

Algunas avenidas estaban llenas de autos y otras más con gente luchando entre ellos, no lograba distinguir, debido a un par de incendios por detrás.

Al alzarse un poco más por los cielos, se acercan cuatro aviones de combate, que disparan instantáneamente contra el puente, generando una gran bola de fuego entre tonos blancos y anaranjados.

Lo cual, desestabilizo el helicóptero por unos segundos, sufriendo un poco de turbulencia. Lentamente nos alejamos, dejando por detrás a mi ciudad.

Despierto agitado, jadeando durante un par de segundos, me toco el pecho, parpadeo rápido mientras escucho un zumbido que atraviesa mis oídos.

Mi visión se encuentra borrosa, pero mejora lentamente con cada pestañeo, inhalo y exhalo tratando de tranquilizarme, me levanto de la cama, sentándome en la esquina de ella.

Llevo mis manos a los párpados, tallándolos lentamente, me quito un poco las lagañas dando un suave bostezo.

Al estar más despierto, me percato que Jonathan no se encontraba en su cama, esta última permanecía con las cobijas en el suelo, aunque la ropa del castaño ya no estaba sobre aquel mueble.

Inmediatamente, me coloque la ropa para irlo a buscar, acerco mis botas que yacían en el suelo, al colocar estas, ajuste las agujetas con demasiada prisa, por lo cual, se rasgaron ambas por el tirón que les di.

Al mismo tiempo gritaba pero no escuchaba nada, no respondía, solo escuchaba el sonido de las aves, eso acelera más mi corazón.

Al estar listo fui directamente a las escaleras, baje con mucha prisa agarrándome de los barrotes, estaba a punto de caerme en el último escalón pero me apoye de la pared.

Observe que el chico estaba sentado frente a la mesa, la luz ilumina su rostro, resplandeciendo sus ojos verdes, en un tono cercano al turquesa, es fascinante su mirada, me llena de intriga, misterio y se vuelve seductiva o tal vez, atractiva...

Mientras miraba a través de la ventana, aquel me sonreía tomando un poco de jugo, tenía los pies cruzados sobre la mesa, con ambas manos en la nuca.

El hombre nota mi presencia volteando de inmediato, me alza ambas cejas a la par, dejando aquel vaso sobre la mesa, el sonido asentó al mismo tiempo que sonreía.