Rizos del Corazón.

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                  ***One short***

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Pacifica siempre había tenido un cabello lacio, tan recto como las líneas de sus impecables vestidos. Siempre había sido su orgullo, un símbolo de su perfección cuidadosamente cultivada. Por eso, cuando notó que algunas hebras empezaban a formar suaves ondas, casi invisibles al principio, pensó que tal vez estaba usando el champú equivocado.

Dipper, por otro lado, no podía evitar notar el cambio. Siempre había tenido un ojo atento a los detalles, y las pequeñas ondulaciones en el cabello de Pacifica no pasaron desapercibidas para él. Un día, mientras estaban sentados juntos en la biblioteca, investigando una de las muchas criaturas extrañas de Gravity Falls, Dipper comentó el tema.

—¿Has notado que tu cabello está… diferente? —preguntó Dipper con curiosidad, sin apartar la mirada del libro que tenía en las manos.

Pacifica dejó de escribir en su libreta y lo miró, parpadeando sorprendida. —¿Diferente cómo? —preguntó, llevando una mano instintivamente a su melena dorada.

Dipper cerró el libro y se giró hacia ella, un leve sonrojo cubriendo sus mejillas. —No sé, está como... más rizado últimamente —dijo, eligiendo sus palabras con cuidado. —Es bonito, pero no es algo que solías tener, ¿verdad?

Pacifica frunció el ceño, mirando su reflejo en la pantalla del teléfono que estaba usando como espejo. En efecto, había unas ligeras ondas que no solían estar allí. Al principio, quiso descartar el comentario de Dipper como una tontería. Pero cuanto más lo pensaba, más se daba cuenta de que él tenía razón.

—Tal vez es el clima —murmuró, más para sí misma que para él. Pero sabía que el clima de Gravity Falls, por extraño que fuera, nunca había afectado su cabello de esta manera antes.

Dipper, siempre el científico, no pudo resistirse a teorizar. —¿Y si… no es el clima? —aventuró con una sonrisa traviesa, recordando alguna vaga historia que había leído sobre fenómenos extraños relacionados con las emociones.

Pacifica lo miró, arqueando una ceja. —¿Qué sugieres? ¿Que mi cabello está cambiando por arte de magia?

Dipper rió entre dientes, divertido por la idea. —No exactamente magia, pero… ¿y si se debe a algo emocional? —sugirió. —He oído que a veces, cuando alguien se enamora, su cuerpo puede reaccionar de formas extrañas. Tal vez tu cabello se está rizando porque… —se detuvo, su valentía flaqueando en el último momento.

Pacifica lo observó en silencio, sus ojos afilados intentando descifrar lo que Dipper no se atrevía a decir. Luego, un destello de comprensión cruzó su rostro y no pudo evitar sonreír, una sonrisa que era mitad traviesa, mitad nerviosa.

—¿Estás diciendo que mi cabello se está rizando porque estoy enamorada? —lo desafió, disfrutando de cómo el rostro de Dipper se ponía aún más rojo.

—Es solo una teoría —respondió él rápidamente, rascándose la nuca con nerviosismo. —Pero… ¿quién sabe? Gravity Falls es un lugar extraño.

Pacifica no dijo nada al principio. Simplemente dejó que la idea flotara en el aire, sus pensamientos dando vueltas. ¿Podría ser eso cierto? Claro, ella y Dipper habían pasado mucho tiempo juntos, más del que alguna vez había imaginado. Y sí, había notado que sentía algo diferente, algo más profundo, cada vez que estaba cerca de él. Pero ¿amor? Eso era una palabra grande.

Sin embargo, cuando dejó que sus dedos juguetearan con una de las suaves ondas en su cabello, sintió un calor en su pecho, una sensación que se negaba a ignorar. Tal vez Dipper tenía razón. Tal vez, sin darse cuenta, había caído enamorada de su torpe, pero adorable, investigador de lo paranormal.

—Supongamos que tienes razón —dijo finalmente, levantando la vista hacia Dipper, que la miraba con expectación. —Supongamos que mi cabello se riza porque estoy enamorada… ¿Qué harías al respecto?

Dipper se quedó sin palabras por un momento, sorprendido por la pregunta directa. Pero luego, respiró hondo y decidió que era hora de dejar de ser tan reservado.

—Tal vez empezaría con algo simple, como decirte que yo también siento algo... por ti —admitió, sus palabras casi un susurro.

Pacifica sonrió, sintiendo cómo su corazón daba un vuelco. —Entonces, tal vez, debería dejar que mi cabello se rice un poco más —respondió, acercándose a él.

Dipper se rió, aliviado y feliz al mismo tiempo. —Me parece una excelente idea.

Y así, en la pequeña biblioteca, rodeados de libros viejos y misterios sin resolver, ambos se dieron cuenta de que algunos cambios, como los rizos en el cabello, eran solo el principio de algo mucho más grande. Algo que ninguno de los dos había planeado, pero que ambos estaban más que dispuestos a explorar juntos.

One short de Dipcifica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora