"Un verano en Gravity Falls, una chispa entre Dipper y Pacifica.
En esta colección de one-shots, cada historia explora momentos únicos y apasionantes de esta inesperada pareja.
Encuentros intensos, celos secretos y aventuras bajo el sol: cada capít...
Dipper había sido invitado a una fiesta en la mansión de los Northwest. Aunque las cosas entre él y Pacifica habían cambiado mucho desde su primer encuentro, no esperaba que ella lo invitara personalmente. Mientras caminaba hacia la mansión, Dipper no podía evitar sentirse un poco nervioso.
Al llegar, una sirvienta lo condujo a una sala de espera elegante. "La señorita Northwest bajará en unos momentos", le informó con una sonrisa. Dipper asintió, tratando de parecer calmado, aunque su corazón latía rápidamente.
Pasaron unos minutos antes de que una puerta cercana se abriera y Pacifica entrara. Llevaba puesto un albornoz blanco, su cabello aún mojado por la ducha. Al verlo, se sonrojó ligeramente. "Dipper, no esperaba que llegaras tan temprano. Aún no estoy lista", dijo con una risita nerviosa.
"Lo siento, creo que estaba más ansioso de lo que pensaba", respondió Dipper, frotándose la nuca. "Puedo esperar afuera si prefieres."
Pacifica negó con la cabeza y sonrió. "No, está bien. Si no te molesta, podrías quedarte. Me tomaré solo unos minutos."
Dipper se sentó en un sillón cercano mientras Pacifica se dirigía al tocador. Sacó una serie de productos de belleza y herramientas, comenzando a peinar su cabello. Dipper la observaba en silencio, fascinado por la concentración en su rostro. Era una Pacifica diferente a la que conoció al principio, más segura y auténtica.
Mientras se secaba el cabello y aplicaba productos, Dipper no pudo evitar notar lo hermosa que era. No solo por su apariencia, sino por la forma en que se dedicaba a cada detalle. Era un lado de ella que rara vez veía, una mezcla de vulnerabilidad y confianza.
"¿Qué estás mirando?", preguntó Pacifica con una sonrisa mientras aplicaba un poco de maquillaje.
"Es increíble verte así", admitió Dipper, sintiéndose un poco avergonzado. "Nunca pensé que arreglarse pudiera ser tan... interesante."
Pacifica se rió suavemente, sus ojos brillando con diversión. "Bueno, es un proceso. Pero me alegra que lo disfrutes."
Continuó su rutina, y Dipper observó cómo su rostro se transformaba con cada paso. Era como ver a una artista crear una obra maestra. Cuando finalmente terminó, se levantó y giró para mirarlo.
"¿Qué te parece?", preguntó, su voz llena de anticipación.
Dipper se levantó, sus ojos fijos en ella. "Te ves increíble, Pacifica."
Ella sonrió, sus mejillas sonrojadas. "Gracias, Dipper. Me alegra que estés aquí."
Dipper se acercó y le ofreció su brazo. "Vamos a esa fiesta."
Mientras caminaban juntos hacia la sala principal, Dipper no podía evitar sentirse afortunado de estar a su lado. No solo por su belleza, sino por la persona que era, alguien que había llegado a conocer y apreciar profundamente. Y en ese momento, sabía que no importaba cuántas veces la viera arreglarse, siempre sería un espectáculo que disfrutaría.
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