50% Bullying, 50% Amor: parte 2

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Era una de esas tardes tranquilas en Gravity Falls, y Dipper y Pacifica habían decidido pasarla en la cabaña de los Mystery Shack. Después de un día lleno de bromas y desafíos, ambos se encontraban en el sofá, relajándose. Pero, como siempre, el ambiente entre ellos no podía ser completamente serio por mucho tiempo.

Dipper, con una sonrisa pícara, se acercó a Pacifica, susurrándole al oído. "Sabes, Pacifica, te quiero... pero en cuatro," dijo, intentando mantener la compostura mientras esperaba su reacción.

Pacifica lo miró con una ceja levantada, tratando de no reírse. "¿En serio, Pines? ¿Así es como piensas conquistarme?"

Dipper se encogió de hombros, manteniendo su sonrisa. "Bueno, me funcionó hasta ahora, ¿no?"

Ella lo empujó juguetonamente, pero en su rostro había un brillo que mostraba que estaba disfrutando del juego. "Eres un tonto, Dipper. Pero supongo que eso es parte de tu encanto."

Él se rió, satisfecho de haberla hecho sonreír. "Sabes que te gusta cuando soy así."

Pacifica rodó los ojos, aunque no pudo evitar sonreír. "Está bien, te doy puntos por originalidad. Pero recuerda, yo siempre tengo la última palabra."

Dipper levantó las manos en señal de rendición. "Lo sé, lo sé. No soy tan tonto como para desafiar a Pacifica Northwest."

Ella sonrió victoriosa. "Exactamente. Ahora, ¿por qué no dejamos de hablar tonterías y hacemos algo más interesante?"

Dipper levantó una ceja, intrigado. "¿Y qué tienes en mente?"

Pacifica se inclinó hacia él, sus labios a solo un par de centímetros de los suyos. "Oh, tengo algunas ideas... pero tendrás que esperar para descubrirlas."

Antes de que él pudiera responder, ella se levantó y comenzó a caminar hacia la cocina, dejando a Dipper con una mezcla de curiosidad y anticipación.

"¿Así que me vas a dejar en suspenso?" preguntó él, siguiéndola con la mirada.

Pacifica se giró y le lanzó una sonrisa traviesa. "Tal vez... O tal vez no. Tendrás que averiguarlo."

Dipper se levantó, siguiéndola con un brillo en los ojos. "Entonces, mejor me pongo a investigar, ¿no?"

Ella rió mientras él se acercaba, y aunque la tarde comenzó con bromas y desafíos, terminó en un juego lleno de complicidad y química, en el que ambos sabían exactamente cómo mantener el equilibrio perfecto entre el bullying y el amor que definía su relación.

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One short de Dipcifica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora