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Estacionó su Tesla frente a la casa que coincide con la ubicación que Freddy le dio.

Salió del vehículo mirando a su alrededor, un barrio totalmente en el abandono, era oscuro y callado, sus casas eran del mismo modelo pero antiguas.

La puerta de la casa estaba entreabierta así que se le hizo fácil entrar. Todos los objetos estaban caídos y algunos rotos en el suelo.

Avanzó al olfatear el aroma de un alfa y una omega quien tenía un olor totalmente raro.

Al avanzar pudo encontrar sangre, sigue avanzando mientras sacaba su arma lentamente y luego encontró a un alfa castaño claro en el suelo, golpeado, al parecer inconsciente.

Mientras caminaba hacia la cocina pudo escuchar un gemido de una mujer. Frunció el ceño y apretó el arma en sus manos. 

Cuando entró se encontró con una omega apunto de dar a luz en el suelo y su labio estaba roto. Al parecer algunas personas han entrado de imprevisto a lastimar, viendo la situación, la omega parecía a ver estado lavando platos por los trastes lavados por la mitad.

— Ayúdame — Gimió la omega — ¿Quién eres tú? Ya no nos hagas más daño, por favor — Suplicó con dolor agarrando su gran barriga.

— No, no haré daño — Dijo escuchando como unos pasos se acercaban y vio al alfa que anteriormente estaba inconsciente — Tranquilo, vengo a ayudar — Dijo antes que el alfa reaccionara en contra de él — Guardaré el arma, ¿bien?

— ¿Quién eres tú? — El castaño cuestionó acercándose a su omega quien se quejaba — Ya va a nacer...

— ¿Puedes esperar? Voy a llamar la ambulancia para que...

— ¡No, no hay tiempo! — La omega gritó separando un poco sus piernas — Ayúdenme, por favor. Mi cachorro va a nacer.

Conway retrocedió y negó con la cabeza, no podría hacerlo, él no sabe nada de ese procedimiento.

Entonces observó la mirada de la omega, la misma mirada, los mismos ojos que poseía el omega que tenía en su mansión. No pudo irse y no ayudar.

— Yo nunca he hecho esto — Se arrodilló con torpeza  y se sacó la americana, seguido se aflojó la corbata.

El otro alfa agarró con fuerza las manos de su omega, dándole ánimos y estando muy nervioso.

Con sus manos temblando abrió con cuidado las piernas de la omega quien traía un vestido suelto y grande, y le quitó el interior.

— No sé qué hacer — Murmuró para sí mismo, volviéndose loco con los gritos de dolor de la omega.

— Mira, no sé quién eres tú pero tal vez el destino te trajo hasta aquí para ayudarnos — Dijo el alfa hacía Conway.

— No hables tonterías, joder.

— Va a nacer mi cachorro, quiero que todo salga bien por favor. Ten en la mente que es tu cachorro a quien estás ayudando a nacer — Dijo con súplica mientras besaba las manos de su esposa.

Conway gruñó en voz alta, no falta de experiencia era evidente, tenía sus manos temblorosas y su frente con mucho sudor.

La omega empezó a pujar.

— Respira hondo — Intentó recordar algunas de esas películas que Greco veía — Solo unos momentos más... ¿Estás bien?

CELOS DE HIERRO (JACKSTABO) OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora