Parte dos

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Satoru Gojo era un modelo muy famoso y reconocido, desde muy pequeño ya había participado en varias marcas de ropas caras y exitosas.

Él estaba consciente de su infinita belleza, y la aprovechaba al máximo, siendo la sensación siempre en los anuncios de televisión, figura masculina de marcas, tanto de ropa, shampoo, accesorios, joyas caras, etc.

Sin embargo, siempre mostró una actitud arrogante, egocéntrica y narcicista. Bien podía presentarse educado en las entrevistas que tenía, pero no con sus compañeros de trabajo. Siempre que tenía algún pendiente, solo lo dejaba en el escritorio de sus compañeros y esperaba que ellos hicieran.

Claramente, su equipo estaba harto de la actitud insoportable de Gojo, pero sin él se irían a la quiebra definitiva. Lo único que los mantenía en pie era la hermosura del gran Satoru Gojo.

A pesar de eso, el hombre solo estaba enfocado en comer dulces y pasársela de piernas cruzadas, y solo posar de manera provocativa ante la cámara, y aunque solo se viera un píxel suyo en toda la foto, volvía locos a todos.

Su celular explotaba de notificaciones, a veces leía sus comentarios y se sacaba unas cuantas risas. Sus fans sí que eran creativas con "esos comentarios"..

Pero él tenía un secreto, uno muy bien guardado, era que acostumbraba a masturbarse mientras veía como un nombre de cabellera negra y ojos rasgados se metía juguetes en su mojado y lindo coño.

¿Cómo se sentirá estar dentro de ese coño? Debe ser suave y mojado... Se imaginaba infinidades de cosas con ese hombre, a pesar de su fina apariencia, sabía que él era un hombre.

Nunca le molestó su sexualidad, era gay y no es como si se arrepentiera, no, en verdad le gustaba mirar a los hombres. Pero con ese hombre todo cambiaba, nunca había visto un cuerpo, o más bien, nunca había visto un cuerpo el cual deseaba probar tanto.

No solo su coño le fascinaba, esos regordetes pechos que varias veces se movían cuando se frotaba contra algo o saltaba contra uno de sus muchos dildos.

Sí, le tenía envidia a un maldito dildo. Porque deseaba que él fuera quien estuviera destruyendo esa maldita vagina rosa y apretada.

Y claramente, como él estaba podrido de dinero.. no le molestaba mandarle dinero a quien hacía sus streams favoritos.

Él había estado desde casi sus inicios, al principio los veía por aburrimiento y pensó que serían streams cualquiera, pero no fue hasta hace 2 años el cual vio cómo ese maldito hombre empezaba a desvestirse enfrente de la cámara y se torturaba esos gordos pechos con unas pinzas.

Estaba realmente excitado, su verga estaba bien dura, como una roca, no pudo soportarlo más. Por suerte estaba en su casa, así que cerró su puerta y empezó a masturbarse.

Terminó al mismo tiempo que ese hombre de la cámara, se sintió satisfecho, así que para terminar dio una generosa donación.

Siempre le gustaba consentir a ese streamer, y cuando había eventos especiales donde el objetivo era cumplir una donación realmente grande, él estaba dispuesto a pagarla, fuera la cantidad que fuera.

De todas formas para eso tenía dinero, ¿no? Y podía disfrutarlo en lo que él quisiera.

Incluso si lo gastaba para que un chico se follara el coño con fuerza.

Después de ese "incidente" veía como ese mismo chico transmitía todas las noches, y por supuesto que su verga recibía gustosa su manada, imaginándose como si su mano, fuera la de aquel chico.

Solo sabía que su apellido era Geto. Era todo lo que había revelado de su identidad, pero aún así, ni siquiera su suscriptor más loco había logrado dar con ese tal Geto.

𝐒𝐧𝐨𝐰 𝐋𝐞𝐨𝐩𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora