Parte 10

38 6 4
                                    

Suguru ya estaba bien lavado, el albino le había prestado ropa y ya estaba más cómodo, por suerte. --Gracias, Satoru-- agradeció y su contrario le dijo que no había problema, revisó su celular y había una notificación de su jefe en este.

Sr.___
—¡Suguru, vi tu stream esta noche!
debo darte un cumplido por lo bien que
lo hiciste y gracias a ti recuperamos mucho
dinero, dime, ¿quién era la persona con la
que te tocó, para serte sincero, parecía que te
gustaba como te tocaba.—
Enviado a las 11:40 P.M.

Se quedó casi estático, maldita sea, le debía de mentir a su propio jefe.

¿Qué debía hacer? Tal vez traicionaba la confianza de su jefe, y había hecho tanto por él...

¡No! Debía abrir los ojos y aceptar la realidad; su jefe solo era uno de los muchos que se aprovechaban para ganar dinero fácil. Debía poner la confianza de Satoru antes de la de su jefe.

Después de todo, el tacto de Satoru es el único que no quema cuando lo tocan inapropiadamente.

Tú: —solo era un extraño, señor.—
enviado a las 11:45 P.M.

Y se había quedado a dormir en la casa de Satoru por casi órdenes de él, pues usaba de excusa que ya era muy tarde y quien sabe qué le podía pasar si vagaba solo por las calles oscuras.

Le dolió el estómago por un segundo al mandar ese mensaje. Le había mentido a su jefe y ahora se sentía fatal, aunque esas sensaciones se apagaron cuando escuchó la puerta abrirse. --¡Perdón si me fui! Fui a la tienda de la esquina por unos aperitivos— miro la bolsa y se le hizo agua la boca, deseaba comer todo eso, sin embargo, tenía una dieta que debía seguir. --Creo que pasaré, debo cuidarme— Satoru solo río. --¡Vamos! Compre onigiris de pollo y atún, te encantarán— no podía negarse...

Y no mentia, le encantaba el suave sabor, nada era fuerte, ni siquiera la alga del onigiri. --¿Verdad que están buenísimos? Sabía que te encantarían-- sonrió orgulloso, y Suguru solo podía asentir con la cabeza lentamente. --Sí, gracias--

Empezaron a charlar, aunque a Suguru se le hacía algo raro, pues Satoru tenía una vena marcada en el cuello, y desconocía la razón. --Satoru, puedo...-- fue callado, pues el albino sabía que lo estaba observando. --Suguru, quiero proponerte algo— el pelinegro estaba confundido. --Claro, dime— dijo que sí, y Gojo solo sonrió inocentemente.

--En estos tres años que has hecho stream, ganas dinero a gran escala, así que dime, ¿cuánto queda de tu deuda? — preguntó, y Suguru se sobresaltó.

Lo había olvidado, ni siquiera sabía cuánto le faltaba pagar.

--Siéndote sincero, no lo sé, mañana checaré y te diré, ¿te parece?-- Satoru solo se puso más feliz. --¡Claro! Cuando me digas, te diré una cosa en el trabajo-- se le hacía aún más extraño, a Satoru casi no le gustaba hablar del "segundo trabajo" de Geto mientras modelaban. --De acuerdo--

Cenaron bastante rico, tanto que era demasiado bueno para Suguru, pues ahora deseaba más de esos onigiris. --¡Vamos a dormir! Nos lavaremos los dientes, hay un cepillo extra en mi baño— y así lo hicieron.

Ya era casi la una de la madrugada y Geto estaba bien dormido, se podía escuchar su respiración relajada con suaves suspiros acompañándolo, mientras, por otro lado, Gojo intentaba contener su ira.

¿La razón de esto? Era simple. Aún estaba furioso de que hubieran tocado a Suguru sin su consentimiento, lo había visto llorar, no de placer, si no de miedo, no quería ni imaginarse que habría pasado si hubiera llegado tarde.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 22 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐒𝐧𝐨𝐰 𝐋𝐞𝐨𝐩𝐚𝐫𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora