022| AN UNEXPECTED TRUTH THAT CAME TO LIGHT

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UNA VERDAD INESPERADA QUE SALIÓ A LA LUZ  

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ENTONCES, MUY RÁPIDAMENTE, COMO SI OBEDECÍERA UNA ORDEN, enrolló el mapa, se lo escondió en la túnica y se fue toda prisa hacia la puerta del aula

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ENTONCES, MUY RÁPIDAMENTE, COMO SI OBEDECÍERA UNA ORDEN, enrolló el mapa, se lo escondió en la túnica y se fue toda prisa hacia la puerta del aula. La abrió cinco centímetros. No había nadie allí fuera. Con mucho cuidado, salió del aula y se colocó detrás de la estatua de la bruja tuerta.

¿Qué tenía que hacer? Sacó de nuevo el mapa y vio con asombro que en él había aparecido una mota de tinta con el rótulo «Harry Potter». Esta mota se encontraba exactamente donde estaba el verdadero Harry, hacía la mitad del corredor de la tercera planta. Harry lo miró con atención. Su otro yo de tinta parecía golpear a la bruja con la varita. Rápidamente, Harry extrajo su varita y le dio a la estatua unos golpecitos. Nada ocurrió. Volvió a mirar el mapa. Al lado de la mota había un diminuto letrero, como un bocadillo de tebeo. Decía: «Dissendio

¡Dissendio! —susurró Harry, volviendo a golpear con la varita la estatua de la bruja.

Inmediatamente, la joroba de la estatua se abrió suficiente para que pudiera pasar por ella una persona delgada. Harry miró a ambos lados del corredor, guardó el mapa, metió la cabeza por el agujero y se impulsó hacia delante. Se deslizo por un largo trecho de lo que parecía un tobogán de piedra y aterrizó en una tierra fría y húmeda. Se puso en pie, mirando a su alrededor. Estaba totalmente oscuro. Levantó la varita, murmuró ¡Lumos!, y vio que se encontraba en un pasadizo muy estrecho, baja y cubierto de barro. Levantó el mapa, lo golpeo con la punta de la varita y dijo: «¡Travesura realizada!» El mapa se quedó inmediatamente en blanco. Lo dobló con cuidado, se lo guardó en la túnica, y con el corazón latiéndole con fuerza, sintiéndose al mismo tiempo emocionado y temeroso, se puso en camino.

Mientras tanto Isabella junto con Ron y Hermione se encontraban observando una bandeja de pirulíes con sabor a sangre. 

—¡Ron!, No vamos a darle eso a James eso, creo que son para los vampiros —exclamo Isabella agarrando unas golosinas sabor tarta de melaza (los favoritos de Harry).

—¿Entonces qué le parecen esto? —dijo Ron acercando un tarro de cucarachas frente de las chicas.

—Creo que sería la golosina favorita de Pinkie —respondió Hermione al ver como el pequeño bowtruckle salta de la emoción pidiendo a su dueña que lo comprara.

—Aún peor —dijo Harry.

A ron casi se le cayó el bote, provocando que casi se iba bowtruckle al ver el terror.

—¡James! —gritó Isabella—. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo. . . cómo lo has hecho. . .?

—¡Ahí va! —dijo Ron muy impresionado—. ¡Has aprendido a aparecerte!

Isabella y el prisionero de Azkaban³ [. . .]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora