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El joven pecoso decidió aceptar la oferta de ser el "aprendis del artillero" o eso tenía en mente. No lo iba a negar estaba nervioso, pues.¿Quien en su santo juicio se va con piratas? Nadie.

Bottas y carlos realmente lo hicieron sentir bienvenido, y para cuando oscureció, le escoltaron hasta el camarote de los jóvenes omegas. No sabía porqué, Pero sentía temor de no ser aceptado en esa habitación,pues se sabe que sin importar su rango o subclase, eran muy celosos y territoriales.

Al abrir la puerta fue recibido por una brisa dulce que lo hizo suspirar. No iba a mentir, el lugar estaba desordenado y un poco desecho, pero no era nada desagradable. Se mostraba más como un gran nido,con almohadas blancas y esponjosas.

–Hola, disculpa el desorden. Pasa, pasa

lo invitó un chico castaño,con rasgos asiáticos. La reconocía como el jefe de velas, Yuki.

–Esa cama es la tuya. El capitán dejó algo de ropa para ti.

Señaló la cama a un lado de la ventana, donde dos pequeños montones de ropa descansaban. Roier se sintió aliviado, pues el intentar moverse con el incómodo traje puesto era sumamente dificil.

-Gracias.

-No es nada. Soy Yuki, Yuki tsunoda - se presentó y lo miró por unos segundos antes de agregar un pequeño halago,cosa no muy usual en el pequeño Omega.

–por cierto eres muy bonito.

El mayor de los dos sonrió.

– gracias,tu también lo eres pequeño.

Tsunoda se quedó callado procesando y luego sonrió, le gusto el apoyo puesto por el recién llegando.

–Dejaré que te cambies, vuelvo en un rato.

Sergio asintió y soltó un suspiro largo cuando la puerta se cerró. Tenía que tomar un momento para respirar y pensar que estaba a salvo, aunque no sabía cuáles serían sus próximos pasos cuando llegaran a la isla de pueblo nombrado por el capital.

¿Habría alguna forma de que pudiera sobrevivir con sus nulas capacidades? Dios, no lo había pensado en absoluto, solo actuó por impulso.

Analizó la ropa más holgada y cómoda, la que probablemente estaba ahí para que durmiera en ella y se desvistió con rapidez. Se sentía muy cansado y en ese momento solo deseaba dormir. Dormir por horas hasta recuperarse del cansancio excesivo de los últimos días.

–¿Puedo pasar?.

escuchó al otro lado de la puerta.

–Sí, adelante.

La puerta se abrió y esta vez, el chico de vestimentas naranjas suave,se hizo presente; lando, si recordaba bien.

–Hola,Supongo que no tengo que presentarme,Carlos me dijo que hablaron.

– eh si,¿ tu eres lando verdad?.

– el mismo.

Le guiño con una sonrisa para luego reír, y hacer reír al azabache.

– no es por ser grosero, pero estoy agotado,con tu permiso voy a dormir.

Hablo el pequeño de los dos omegas en la habitación.

– tranquilo, y si se te nota.

Sonrió y también se preparo para dormir, lando apagó las velas dejando la habitación oscura,con una luz tenue,hecha por la luna. El pecoso quedándose viendo el techo pensando lo mismo de siempre, que vergas hacia ahí.

– oye..

Llamo el de rizos con voz suave.

–¿si?

azul mar || chestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora