La perfecta Sissy: Furntasia- Capítulo 1

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Brad pasaba todos los días delante de la peletería exclusivamente femenina. Daba igual que tuviera que dar un pequeño rodeo, Brad se dirigía hacía la tienda, se pegaba contra las fachadas y al pasar, mientras echaba un vistazo furtivo, acariciaba de forma imperceptible alguno de los modelos expuestos a la entrada.

Ese pequeño roce, esa suavidad apenas intuida le acompañaba lo que quedaba de jornada. A veces, cuando no había nadie a la vista por la calle, caminaba muy despacio para que el contacto se prolongara unos instantes más. Hundía sus dedos entre aquel pelo e imaginaba cómo sería sentir esa suavidad sobre su cuerpo.

Mientras rozaba apenas el pelo, veía por el rabillo del ojo los modelos que aguardaban en el interior. Abrigos, cazadoras, chaquetones, petos, etc. Intentaba memorizar sus formas para luego, en la intimidad de su cuarto, imaginarse llevando alguno de esos preciosos abrigos.

Las horas en su trabajo en el taller de ebanistería se pasaban imaginando que modelos exhibirían ese día. La calidez de ese pelo soñado, contrastaba con la dureza de la madera con la que trabajaba.

Día tras día, Brad soñaba mientras acariciaba furtivamente los abrigos. Noche tras noche, se sentaba en su cuarto a hacer cuentas de cuándo podría comprarse alguna de aquellas maravillas.

Así pasaron las semanas, los meses, poco a poco los ahorros de Brad crecían y su objetivo se acercaba. Horas extras, turnos dobles, fines de semana, daba igual con tal de ahorrar un poco más.

Brad está parado delante de la peletería. Hoy es el día. Está un poco nervioso, tanto que imaginaba esto y ahora está ahí parado. Sus ojos se pasean por todo el interior como si estuviera viendo algo prohibido. Se ha preparado una excusa por si le preguntan para quién es el abrigo y se la repite mentalmente para intentar que suene creíble. "Es un regalo para mi madre, siempre ha sido su deseo" se repite.

Avanza despacio. Todo lo que ve le resulta atractivo, desearía que le tocara la lotería y no tener que decidir solo uno. "Igual tienen alguna oferta y puedo llevarme también una estola o unos guantes" piensa. "Sería mejor de lo que hubiera soñado".

-Disculpe, ¿puedo ayudarle, caballero?- una dependienta le dirige una amable sonrisa desde detrás de un perchero donde había varias chupas de cuero con grandes cuellos de pelo y forradas de borrego.

-Es un regalo para mi madre, siempre ha sido su deseo- soltó Brad de forma automática.

La dependienta amplió la sonrisa y dió un par de pasos hacia Brad.

-¿Y cuál es el deseo de su madre, señor...?

-Brad, no señor Brad ni nada de eso. Soy demasiado joven para ser señor- contestó ligeramente ruborizado Brad.

-Perfecto, Brad. Soy Miss Roslynd. Dime, ¿cuál dirías que es el mayor deseo de tu madre?

-Oh, bueno, un buen abrigo de pelo, no sé... uno largo, elegante, no sé... de visón o de zorro. La verdad es que no sé mucho, Miss Roslynd- mintió mientras apartaba la vista de la dependienta. Claro que sabía, sabía las diferencias entre las diferentes variedades de zorro o cual era la mejor piel para unos mitones elegantes.

-Bien Brad, voy a ayudarte a cumplir el sueño de tu madre. Pero antes déjame probar una cosa. Nos ha llegado nuestra primera colección masculina y creo que te ayudaría el probarte una pieza. Para saber qué se siente y entender mejor que busca tu madre.

Brad dejó de respirar durante un instante. Un vacío se abría en su pecho.

-Claro... como no, eh, si... sería perfecto, por supuesto, Miss Roslynd.

Miss Roslynd entró en una puerta al lado de unas estanterías con bolsos de peluche. Brad dió unos pasos tímidos por la zona. Ahora podía tocar todos esos abrigos sin miedo. Y era tal como había imaginado. ¿Cómo podía sentirse tan suave y esponjoso?

La fantabulosa historia de Sissy Bárbara y como conquistó el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora