Tras unas semanas, Bárbara había ganado la confianza suficiente como para desenvolverse como una vendedora más que competente. La mayoría de las clientas solo querían una sonrisa y un par de cumplidos. Y los hombres solo buscaban regalos para sus parejas así que resultaban aún más fáciles de convencer.
Mistress roslynd también se mostraba complacida con las capacidades de Bárbara. Era momento de llevar a Bárbara a un pase privado para sus amigas. Era hora de que Bárbara se dejara ver en ciertos círculos.
Aquella noche, después de haber probado un nuevo dildo con anillo para el pene que le gustó especialmente a Bárbara, Mistress Roslynd le comentó que la tarde del día siguiente irían lo que llamó un pase privado para clientas distinguidas. Sonaba como algo importante y Bárbara apenas pegó ojo esa noche.
A la mañana siguiente, Bárbara se arregló como de costumbre, intentando no parecer nerviosa aunque le costaba horrores. Ya en la tienda, confundió algunas marcas o pieles y su cabeza parecía estar en otro lugar. Mistress Roslynd le tuvo que reprender varias veces usando la aplicación.
Las horas fueron pasando. La inquietud de Bárbara crecía. Mistress Roslynd no había comentado nada durante todo el día y Bárbara ya no sabía si todo había sido una prueba. Pero a las 4:00 Mistress Roslynd la llamó y le dijo que subiera a su antiguo apartamento. Allí encontraría un conjunto adecuado para el pase privado.
Bárbara subió con una mezcla de miedo y curiosidad. ¿Acaso no iba bien vestida con el vestido floral de corte imperio que llevaba? ¿La parte de arriba no era no estaba lo suficientemente ajustada para marcar sus curvas? ¿El largo de la falda no era el correcto? ¿O eran sus manolos?
Abrió la puerta con cuidado y allí lo vió en medio del salón: un precioso vestido largo negro y rojo de corte sirena sin mangas con la espalda al aire. Tenía un precioso detalle en pedrería que bajaba desde el pecho hasta el suelo bordeando una abertura que nacía prácticamente en la entrepierna. En el cuello, otro detalle de pedrería servía como cierre del vestido. El tejido era una seda suave como nunca había tocado antes.
Unos elegantes zapatos de tacón destalonados y con cintas de pedrería descansaba al pie. Sorprendentemente apenas tenían una plataforma de 1 pulgada y un tacón de 5 pulgadas. Se los puso inmediatamente y le parecieron la cosa más cómoda del universo. Es casi como si le dieran un masaje con cada paso. Mistress Roslynd siempre sabía cómo sorprenderla.
En la encimera, en un estuche forrado de terciopelo rosa, encontró un pequeño dildo con un brillante en su remate. Bárbara extrajo el plug anal que había llevado todo el rato y lo cambió por el nuevo. Su tacto era diferente. Parecía como un metal cálido y suave. Penetró en su ano con delicadeza, como una pieza que encaja en su sitio. Sintió su punta acariciar el interior de su cuerpo y unas cosquillas le subieron desde la barriga. Dejó escapar un ligero suspiro de placer y se vistió.
El vestido le quedaba divino y le gustaba el detalle de que le escote de la espalda dejara ver la raja de su culo. Le resultaba un poco pícaro y divertido. Mientras se observaba en el espejo, llegó Mistress Roslynd.
-Mi querida sissy Bárbara. Estás espectacular, como siempre. Un último detalle y estarás lista- dijo mientras sacaba un pequeño estuche que contenía unos maravillosos pendientes de rubíes en corte asscher rodeados de brillantes. Mistress Roslynd se los puso a Bárbara, dió un par de pasos atrás y sonrió.- Di-vi-na. Bárbara, cariño, vas a dejarlas sin palabras. Elijamos un abrigo que esté a la altura de semejante monumento y vayámonos.
Un abrigo blanco hasta los pies de zorro ártico con forro de terciopelo rojo fue el elegido para completar el espectacular look. Una última mirada al espejo para cerciorarse de que todo estaba en su sitio.
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La fantabulosa historia de Sissy Bárbara y como conquistó el mundo
General FictionEl joven Brad va sufrir una transformación que lo convertirá en la hermosa sissy Bárbara. Este camino le llevará a conocer a gente maravillosa, disfrutar del sexo como nunca hubiera creído y lucir espectaculares vestidos.