"La muerte no es la mayor pérdida. La mayor pérdida es lo que muere dentro de nosotros cuando vivimos."Norman Cousins
Todos los seres vivos nacimos para morir. Unos viven más que otros, a veces no todos tienen la misma suerte. A mí la vida me obsequió un bello regalo, la inmortalidad. Es algo increíble pero la mayoría de las veces puede llegar a ser una total maldición ya que estamos obligados a ver como lo perdemos todo, como cada cosa se desintegra. Lo peor de todo que viene con la inmortalidad es ver como la muerte arrasa con todos menos contigo, esta bella maldición nos fuerza a ver como cada familiar y cada amigo muere.
Todo a mi alrededor se vuelve tan negro, tan frío. Lo que mi tía y mi madre me acaban de decir me ha atraído muchos pensamientos malos a la cabeza.
–¿De qué están hablando?
–Estamos muriendo, cometimos un grave error–una lágrima recorre el precioso rostro de mi madre al hablar.
No estoy entendiendo nada, estoy confuso y triste a la vez.
–¿Qué error? –mi voz empieza a fallar y a la misma vez llegan los sollozos–¿Que ha pasado?
–Ha pasado que nuestro orgullo nos está matando–responde mi tía tan seria como siempre, como si no tuviera sentimientos pero en realidad eso siempre ha estado claro.
–¿Pero se puede saber qué es lo que pasa?
–Es un poco larga la historia–cada vez que escucho esto me desespero, en esta familia no hay nada que sea normal–Lo resumire.
–Hablen ya.
–Hace años cuando Beatrix descubrió nuestro adulterio tuvimos una gran pelea en la que ella puso de manifiesto que el dia que volviéramos ha trabajar o ha convivir juntas, íbamos a arder–después de eso como se les ocurre volver a estar juntas, todas las profecías de mi tía se cumplen, algunas ni solución llegan a tener–Ambas ya habíamos olvidado eso, no le prestamos atención en aquel entonces porque sabíamos que nunca volveríamos a estar juntas después de esa pelea.
–Alguna solucion tendra eso ¿cierto? –al fin mi padre dice algo después de haber estado en shock por las palabras de mi madre. Es como si no le preocupa nada.
–Hasta ahora no hemos encontrado ninguna–alguna tiene que haber–Ana traerá mis demas grimorios y algunas otras cosas que le pedí.
–Alaric–la voz de mi tía rompe el silencio–¿Podemos hablar en privado? –cuando me habla de esa forma significa que vienen malas noticias–Necesito decirte algo.
–Claro–respondo confuso–Vamos al patio.
La aldea se ve tranquila, no se escucha ni una mosca.
–¿Emily y Leoric saben?
–Emily si, es la encargada de llevar el recado a Ana, tu hermano no, Avice se lo dirá a solas ya que el es un poco más difícil de tratar.
–Dime que encontraran una solucion–no puedo evitar el llanto
–No la hay, Avice cree que si pero no, mis profecías son inevitables–los sollozos continúan, cada dia me doy más cuenta de que mi vida está llena de desgracias–Por eso quiero decirte algo, Alaric.
–No por favor, no quiero despedidas–mi llanto crece más y más.
–Tienes que ser fuerte, ahí dentro hay dos chicos que están pasando por una situación terrible y te necesitan–una lágrima recorre su mejilla–Sobre todo no confíes en nadie, ten mucho cuidado con Leoric lo estuve observando por mucho tiempo y creeme, no es de los buenos–es cierto me estoy dando cuenta–Cuida a Ana, alejate lo mas que puedas de tu padre y has tu vida alejado de todo esto. ¿Vale?
–Vale–contestó secándome las lágrimas.
–Alaric...–algo seguramente le faltó–Perdoname, perdoname por arruinar tu vida. Una tonta venganza trajo la ruina a todos nosotros y ahora la vida me está dando el castigo que me merezco.
No dije nada. Solo me lancé a abrazarla. En sus brazos olvide todos esos momentos malos. Después de todo fue ella la que me hizo lo que soy ahora.
–Alaric, mira–mi tia se sube la manga del vestido y quedé completamente asombrado con lo que veo. Su piel se está convirtiendo en algo negro, como carbón.
–Cuando llegue al corazón arderemos y no quiero que estes aqui para verlo, tu madre es la mas mayor asi que sera la primera, su cuerpo empezara a fallar y comienzan las alucinaciones. Antes de que todo eso pase tu y tus hermanos tienen que irse de aquí, vayan a donde está Ana, ella sabrá a dónde pueden ir.
–No puedo, no puedo dejarlas solas, necesito despedirme de mi madre y estar contigo hasta que todo pase.
–No Alaric.
–Ana está acercándose, ya está aquí– la interrumpo.
–Hermano vengan, madre se encuentra mal–grita mi hermana a lo lejos. Eso quiere decir que ya está comenzando, en menos de una hora morirá y luego sigue Beatrix.
Enseguida voy corriendo, mi tía me sigue.
Mi madre se encuentra muy mal, tengo que aceptar que es la hora de despedirme. Ni siquiera me gustan las despedidas pero es mi madre.
–Mamá...
–Oh Kenric–¿Kenric? parece que ya las alucinaciones comenzaron.
No puedo, no puedo verla así. Es imposible que pueda despedirme, prefiero quedarme con los demás momentos felices y especiales.
–No puedo– me eché atrás llorando desesperadamente.
–Debes hacerlo, para sentirte mejor–al fin escucho la dulce voz de Ana. Tiene razón, tengo que hacerlo.
–Mamá–las lágrimas vuelven–Gracias por quererme como nunca nadie lo hará. Quiero que sepas que esto no es un adiós, las voy a consagrar. Vivirán en el mundo de los ancestros y me convertiré en jefe de algún aquelarre para poder comunicarme con el otro mundo. Te quiero, gracias por regalarme los mejores momentos de mi vida–Me toca ver cómo su mirada se va apagando poco a poco, debo de ser fuerte. Tengo que ser fuerte.
–Alaric ha llegado la hora, tienes que irte de aquí– suspiro y le doy la razón a mi tía.
–Recuerda cada palabra, que te dije–y vuelve otro abrazo por parte de Beatrix.
–No se que decir–realmente no sé qué decir.
–No digas nada, en cuanto te sueltes te darás la vuelta sin mirar atrás.
–Prometemelo.
Los sollozos no me dejan hablar.
–Te lo prometo.
–Muy bien, ahora irás a por tus hermanos y se irán con Ana. Y recuerda cada palabra que te dije–repite.
Y eso mismo hice, en cuanto culminó el abrazo, me di la vuelta y no mire atrás.
***
Ya estamos en las afueras de la aldea. Yo, mis hermanos y Ana salimos en un carruaje. Ya estamos calmados. Estoy seguro que mi tía en estos momentos ya se reunió con mi madre. Le prometí que no miraré atrás. Ahora más que nunca debo de ser fuerte y recordar cada una de sus palabras. Le hice caso y salimos sin avisarle a mi padre. Ambas me dejaron sus grimorios en los que están escritos todos sus hechizos poderosos.
–¿Están listos para salir a recorrer el mundo? –al menos Ana parece emocionada.
–Siempre estoy listo, debemos saber que esto no es un paseo de vacaciones. Vamos a salir ahí afuera y vamos a dedicar nuestras vidas inmortales para traer de vuelta a nuestra tía y a nuestra madre.
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Vidas Inmortales :El origen
FantasyAvice es una mujer sabia , educada , llamada demonio por su increíble don para practicar la magia y Arthur un vikingo fuerte y admirable . Tienen dos hijos: Alaric un hombre desafiante , justo , brujo que después es convertido en inmortal . Su herm...