Scar le había contado a su hermano que tenía amigas hienas. Se sentía emocionado porque su hermano conociera a sus amigos. Pero un enorme vacío sin Mheetu. Ya habían pasado meses desde su partida.
- Taka. Joven Taka -. Mycti le habló a Scar. Su nombre verdadero era Taka. Solo los leones que estaban en la roca del rey lo sabían. En realidad el nombre "Scar" era un simple apodo. Las hienas odiaban ese nombre, así que lo llaman Taka.
- Shh. Mycti no tan alto. Pueden escucharte otros animales -. Scar dijo, su voz entre un pequeño murmullo con un grito.
- Lo siento -. El nombre "Taka" se podría decir que estaba prohibido.
- Está bien. ¿Qué sucede? -. Su expresión facial cambió, de ser nerviosa, a ser serena y suave.
- Mi hijo, Zazú, se hará cargo de todas mis responsabilidades. La reina Uru me llamó y me necesita. Regresaremos en menos de un mes.
- Está bien. Confío mucho en Zazú. Se que lo hará bien.
Zazú había dado el informe matutino.
Sin que Ahuadi, se diera cuenta los leones se escaparon, al cementerio de elefantes.Cuándo llegaron, Mufasa se sorprendió al ver el cráneo del elefante. Uru se había ido a una reunión muy importante así que el rey gobernaba solo. Scar llamó a las hienas.
- Vaya, vaya, vaya Banzay. Mira es el hermano de Taka -. Dijo Shenzi -.
¡Es Mufasa!- ¿Ellos saben que te llaman Taka? -. Preguntó en un susurro a su hermano.
- Si, solo que no les gusta mi apodo Scar.
Después comenzaron a jugar muy felices, y teniendo cuidado con Mufasa, evitando que lo mordieran fuerte y hacer marcas. Jugaron casi toda la tarde.
Los cachorros se cansaron de jugar y decidieron acostarse y descansar. Platicaron de cosas que, ni tú ni yo vamos a poder entender. Todos volvían a ser vigilados por Sparta. De pronto, escucharon un ruido muy fuerte de algo que se quebró. Mufasa y Taka se levantaron y decidieron alejarse dos metros de dónde estaban las hienas, para tratar de visibilizar algo. Un rugido resonó en los cuerpos de los animales, Ahuadi dió un brinco saliendo de su escondite. No se veía nada contento. Sparta salió también de un brinco, protegiendo a sus hijos.
- ¡Kyle! ¡Cubre a los leones!
Kyle, el mismo lobo de tierra, también salió de su escondite, se puso enfrente de los príncipes.
- ¡Muévete, Kyle! Este no es asunto tuyo -. Gruñó Ahuadi.
- No te permitiré que les hagas daño. Taka solo quiso socializar. El no tiene la culpa de que las hienas y los leones hayan vivido en guerra durante toda su vida.
- No puedes hablarme así... -. Ahuadi fue interrumpido por Kyle.
- Tu ya no eres mi rey. Recuerda. Una me exiliaste del reino para siempre, y dos estás fuera de tu reino para ser mi rey.
Ahuadi lo único que hizo fue gruñir ante esas palabras -. Quítate de enfrente o tendré que... -. Volvió a ser interrumpido.
- Puedes matarme si quieres. Pero deja a los niños en paz.
Kyle se quitó de enfrente de los cachorros. Ahuadi tomó a Scar por el "Pellejo" y lo cargó. Le dirigió una mirada a Mufasa en señal de irse. Ahuadi dió media vuelta, no sin antes dirigirles una mirada de asco, odio y desprecio a las hienas, y se fue con sus hijos.
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Antes del rencor y la muerte
FantasyEn esta lectura se relata la historia de Scar, el primogénito del gran rey Ahuadi y la gran y respetable reina Uru. El pequeño león pasó obstáculos, que, poco a poco, su corazón bueno que tenía se fue tornando obscuro, rencoroso y vengativo.