Habían pasado unos cuantos días cuando sucedió el incidente de Sarafina y Zira, Scar estaba arrepentido de haberle hablado así a su mejor amiga. Su hermano lo veía muy triste. No sabía que hacer, los juegos para su hermano no eran tan divertidos.
Scar estaba acostado en una esquina casi llorando. Los ojos perdidos en el panorama. Mufasa podía oler su dolor y tristeza. Scar sollozaba, no estaba seguro de que, había pasado por cosas que le dolieron.
- ¿Scar? ¿Estás bien? -, el de pelaje café negó con la cabeza y volteó a ver a su hermano.
- No, nada está bien. Soy un idiota.
- Oye, no eres un idiota. Simplemente quisiste defender a tu amiga. Aunque dañaste a la otra.
- Exacto. Me siento muy, muy mal por lo que hice.
- Oye, mira, te tengo una propuesta. ¿Qué tal si, le ofreces una disculpa a Sarafina?
- Si, lo he pensado pero simplemente... No se que decirle.
Se volvió al panorama y no tardó en qué sus ojos se perdieran de nueva cuenta, volvió a recordar lo que había visto, el olor de Sarafina lleno de odio, rabia y el olor de Zira tan vulnerable ante la presencia. «¿Que habrá pensado Zira de esto?», «¿Perdi a sus dos amigas?», «¿Jamas debí conocer a Zira?».
- Mira, cálmate. Y practicamos, pero claro que debe ser de tu corazón -. Scar se volvió al leoncillo. Mufasa al sentir su mirada le hizo una pequeña sonrisa -. Te ayudaré -. Scar le devolvió la sonrisa, y ambos se inclinaron y juntaron sus cabezas en forma de abrazo.
***
Sarafina estaba acostada, en un pequeño rincón de la roca del rey. Lloraba por el dolor y el rencor. Scar estaba nervioso. Mufasa lo motivaba para entrar. Al fin lo hizo.
- ¿Sarafina? -. Scar se encontraba detrás de ella. Sarafina no le hizo caso. Ni siquiera lo volteó a ver.
Scar le empezó a decir lo que sentía pero Sarafina no prestaba tanta atención, ella estaba muy centrada en su dolor.
- ... Si tú no me quieres perdonar... Esta bien. Solo quería disculparme conmigo y por lo que hice.
- Yo lo lamento, Scar -. Sarafina susurró -. Mis celos se apoderaron de mi y... Ni se que hice -. Suspiró -. Soy una idiota.
- Claro que no. Eres una leona que siempre, te consideraré, para mí, una hermana.
Esas palabras retumbaron en la cabeza de Sarafina. Se sintió hueca por dentro. Sintió una tristeza recorrer todo su cuerpo, y llenándole los ojos de lágrimas, de nuevo. - Scar, yo también te quiero mucho, pero no como un hermano.
Scar abrió los ojos como unos platos. De inmediato había comprendido que quería ella. - Scar. Perdoname. Creo que no debí haberte dicho esto -. Sarafina estaba arrepentida de lo que le había dicho a su mejor amigo.
- Está bien. Te agradezco por decírmelo. Yo te perdono. Pero ¿Tú a mí sí?
- Sí -. Sarafina se sintió mejor por lo que había dicho. Un peso de ella se había quitado.
- Hey. Ya no llores -. Se acostó junto a ella y le dió un beso de león, en la mejilla. Sarafina suspiró, sacando un poco de su dolor en el.
- Ok -. Se secó las lágrimas.
Mufasa estaba esperando a su hermano menor por 7 segundos. Lo recibió con una sonrisa en su rostro.
- ¿Salió bien?
- Salió más que bien -. Sarafina había salido detrás de Scar.
- Bueno, ¿Qué les parece si vamos a jugar? -. Sarafina y Scar asintieron con la cabeza felices -. Esta bien llamaré a Sarabi para ir cerca del manantial -. Mufasa dejó a los cachorros solos.
- Scar ...
- Dime Sarafina.
- Quiero decirte... Que...
El príncipe sonrió y le dió otro beso de león a Sarafina en la mejilla. Lo que hizo que Sarafina sintiera un escalofrío y se sonrojara.
- Ya lo sé. No me lo tienes que decir.
- Y... ¿A dónde se supone que vamos a ir?
- Es un lugar increíble te va a encantar.
- ¿Enserio? -. Scar asintió con la cabeza.
Sarafina sonrió algo incómoda. Y le agradeció. Cuándo Sarabi y Mufasa llegaron les dijeron que tenían que ir al nido de Mycti para poder ir a su destino.
***
Ya habían pasado al árbol de Mycti. Le preguntaron cómo se llamaban sus hijos, que ya habían nacido.
- Zazú.
- ¿Y el otro? -. Cureoseo Sarafina.
Mycti suspiró y contestó: - No. Llegó a sobrevivir.
- Lo siento.
Cambiaron el tema rápido. Llegaron a su destino.
- Ah, ¿Aquí es lugar pequeños príncipes? -. Los leones asintieron.
Mufasa y Scar se prepararon para saltar a la hierba alta. Cuándo lo hicieron, un montón de mariposas salieron volando. Las leonas quedaron maravilladas con eso así que hicieron lo mismo.
Pasaron el resto de la tarde jugando hasta que el sol poco a poco comenzaba a caer. Dejaron a Mycti en su árbol y se fueron directo a casa.
La tarde fue muy espectacular para todos.
- ¡Mufasa que gran idea! ¿Quién te dijo que había mariposas en esa parte de las praderas? -. Exclamó Sarabi
.- Pues. Fue el rey -. Mufasa hizo una pequeña risita nerviosa e incómoda.
A Scarse le hizo un agujero en el pecho y todo le dió vueltas. El pobre cachorro iba a sufrir mucho mientras pasara el tiempo. El aún no lo sabía.
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Antes del rencor y la muerte
FantasyEn esta lectura se relata la historia de Scar, el primogénito del gran rey Ahuadi y la gran y respetable reina Uru. El pequeño león pasó obstáculos, que, poco a poco, su corazón bueno que tenía se fue tornando obscuro, rencoroso y vengativo.