Frío Corazón - Ereri (adaptación)

NIDO (parte dos)

Eren empujó la cama de Levi hacia la pared—. Se quedará así y en tu siguiente día libre, te compraré una cama nueva.

Levi gruñó, dejándose caer en el colchón—. Eren, esto es innecesario como la mayoría de las cosas que haces. Estás gastando dinero... No soy un omega cazafortunas.

—Y esa es una de las razones por las que estoy comprándote cosas, y también porque me encanta ver cuando sonríes —Eren miró a su alrededor, viendo que más podía mover—. Pondré el nido de Noah aquí —hizo un gesto hacia un rincón vacío de la habitación—. A los niños normalmente les gusta estar en las esquinas.

El omega se acomodó de costado, sosteniendo su cabeza con la ayuda de una de sus manos—. Estoy seguro de que aun si lo pusieras en el techo le va a desagradar.

—Se acostumbrará —acomodó las gruesas sabanas y después tomó el edredón recién lavado, colocándolo encima; creando hábilmente un círculo y añadiendo las tres almohadas en la esquina. Levi lo observó con una sonrisa en el rostro, suspirando por lo perfeccionista que era. Para finalizar, el alfa añadió dos sabanas más y el nuevo lobo de peluche de Noah—. Necesitaré que te recuestes aquí, por favor.

Levi enarcó sus cejas, apuntándose a sí mismo—. ¿Yo?

—Sí, tú —Eren lo sacó de la cama, ayudándole a sentarse en el nido—. Márcalo con tu aroma, por favor.

El omega se acurrucó y cerró los ojos, marcando con su aroma las cobijas que estaban cerca de su cuerpo. Sus ojos grises se abrieron cuando sintió una mano en su estómago.

—Eres muy hermoso.

Levi sonrió tranquilamente, llevando una mano a la mejilla del alfa—. Tal como tú.

Eren le dedicó una pequeña sonrisa—. ¿Me dirás... por qué estabas llorando?

—No lo haré —apartó la mirada—. No era nada malo.

El exmilitar lo tomó por el mentón con delicadeza—. Entonces cuéntame.

Levi sacudió su cabeza, negando—. No.

Eren se inclinó, atrapando los labios de Levi en un beso, mordiendo y lamiendo su labio inferior. El alfa se alejó lentamente al poco tiempo, pasando la lengua por sus ahora húmedos labios—. Estoy molesto porque no me dirás.

Levi sonrió, negando—. No hay razón para que lo estés, simplemente estaba feliz.

—¿Y por qué no puedo estar feliz contigo?

—¿No estás feliz conmigo?

—Siempre lo estoy, Camelia —Eren dio un suave apretón a la mandíbula de Levi— Dime.

—Noah lleva gran parte de mis genes —el omega se encogió de hombros—. Luce como yo... obtuvo la mayor parte de quién soy y lo que soy, eso me hace feliz.

—¿Era difícil decir eso?

Levi rio, haciendo círculos en el pecho de Eren con su dedo—. No lo era, ¿estás feliz?

—Lo estoy.

Levi mordió su labio—. Muéstrame... Quiero verte sonreír.

Eren no sonrió—. No puedo sonreír si me lo piden.

—Entiendo, entonces yo tampoco sonreiré —el rostro de Levi se volvió inexpresivo—. Si tú estás serio, yo también.

El lobo llevó una mano al costado de Levi, removiendo sus dedos ahí, haciéndole reír y tirar la cabeza hacia atrás—. ¡Eren!

Eren sonrió, acercándose para besar al omega—. ¿Feliz?

Levi asintió, calmándose poco a poco. Tocó los hoyuelos del alfa—. Me gustan mucho estos agujeros en tu cara.