LUNA NUEVA

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—Noah amó sus regalos —Levi sonrió, sirviendo su té antes de suspirar—. No tenías que comprarle nada, pero gracias.

—Y tú no tenías que comprar regalos para Jean, Armin y Nathan, pero lo hiciste —Eren tomó entre sus manos la taza—Noah ama los rompecabezas —se encogió de hombros y terminó su propio té.

Levi soltó una suave risa—. Creo que estará feliz con sus quince cajas nuevas de rompecabezas —cerró los ojos, apoyando la cabeza sobre su mano—. Me siento muy feliz con la vida últimamente.

Eren tomó su rostro entre sus manos—. Me doy cuenta.

El omega parpadeó lentamente y sonrió—. Te compré un regalo.

—No tenías que hacerlo, no celebro esta festividad.

—Lo sé, lo sé —dejó un beso en la mano del lobo antes de levantarse—. Quédate aquí, ya vuelvo —corrió hacia la habitación, regresando al poco tiempo con una pequeña caja negra. Se sentó y estiró ambas manos para ofrecerle el regalo—. Aquí tienes.

Eren la tomó con cuidado y acarició el pequeño moño rojo que estaba encima—. ¿Qué es?

Levi tomó su taza y removió suavemente el líquido—. Debes abrir la caja para descubrirlo.

El alfa bajo la mirada, luego volteó a ver a Levi y finalmente volvió los ojos a la caja. Quitó la tapa y parpadeó al ver el interior—. ¿Un anillo?

—Es plata pura —respondió Levi, tocando su propio collar y mordisqueando su labio—. Cuando nos conocimos por primera vez... compraste una cadena de plata. Luego me contaste la historia sobre llevar puesto lo que se supone que es tu debilidad —dio un trago a su té y sonrió—. Quería comprarte un anillo distinto, hecho de plata.

Eren se arrodilló en el suelo, dejando la cabeza en su regazo, y Levi colocó la taza en la mesa para poder acomodarse y reposar su cabeza contra la del alfa—. Te amo —murmuró Eren—. Más que a nadie en este mundo.

Levi dejó un beso en su cabello—. Tal como yo lo hago —pasó los dedos por su nuca, masajeando su piel—. Me alegra que te gustara.

El alfa besó el muslo de Levi—. Lo amo, lo amo demasiado —cerró los ojos, aferrándose a la cajita—. Eres muy bueno conmigo, omega.

—Noah, relájate, por favor —Levi suspiró, acurrucando al niño con su manta de seguridad—

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—Noah, relájate, por favor —Levi suspiró, acurrucando al niño con su manta de seguridad—. Son las tres de la mañana —meció al pequeño y soltó un suspiro por el frío aire de diciembre.

Llevaba media hora fuera de la casa y hacía frío, del tipo que te hace sentir tirones en la espina dorsal. No llevaba zapatos, solo una bata. Recordaba que Eren lo había llevado al exterior cuando lloró y pensó que eso podía ayudar también a Noah. Despertó unos minutos antes de que el niño comenzara a llorar, lo notó inquieto entre sueños, así que lo llevó afuera para que no despertara a nadie.

Frío Corazón - Ereri (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora