EL BOSQUE

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—¿Hola?

—¿Camelia? ¿De dónde me estás llamando?

Compré un nuevo celular durante mi descanso —Levi suspiró—, ya que el otro está roto.

—Ya veo —Eren abrió la puerta de cristal para salir de la casa—. Pensé que no sabría de ti hasta mucho más tarde.

Sorpresa —Levi rio—. Buenas tardes, Eren.

—Buenas tardes, Camelia —el alfa se estiró una vez que estuvo fuera—. ¿Cómo dormiste?

—Muy bien, gracias; ¿Cómo está Noah?

—Aún duerme —Eren sonrió de lado—. Aunque estuvo enojado con Nathan por un corto tiempo, durmieron juntos.

Oh, eso es muy bueno —el omega celebró—, y tú Eren, ¿Cómo dormiste?

—Dormí bien, pero creo que si te hubieras quedado habría dormido mejor —Eren caminó por el pasto recién podado—. Será extraño no verte hoy.

Lo será —concordó—. Estaré en casa a las ocho.

Eren se sentó y cruzó sus piernas, con el torso descubierto. Cerró los ojos cuando el viento colisionó con su piel—. No quiero esperar hasta tan tarde.

Levi rio—. Eres como un niño.

El exmilitar sonrió—. Es extraño... —su sonrisa decayó poco a poco—. Lo mucho que te extraño, a pesar de que ayer cené contigo —abrió los ojos, mirando fijamente su jardín—. Realmente te extraño.

Levi suspiró suavemente—. Lo entiendo Eren. Prometo que tan pronto como ahorre el dinero suficiente... y nos mudemos, trabajaré menos.

Eren dirigió la mirada a un pequeño montón de flores cubiertas por la nieve—. ¿Y si no quiero que trabajes?

—No te haré caso. Trabajar es mi única independencia, necesito ser capaz de proveer para mi hijo y para mí mismo.

—Yo puedo hacer todo eso.

Sé lo que puedes hacer y sé lo que yo puedo hacer —Eren suspiró—. Tan terco.

—Tengo que serlo.

—Me pregunto si esa es una de las cosas que me atraen de ti... tu terquedad.

Eren levantó la mirada cuando un copo de nieve cayó en el pasto—. Cuando dijiste "nos mudemos", ¿a quiénes incluías?

Levi rio—. ¿A quiénes crees?

Su tono provocó que una sonrisa se hiciera presente en el rostro del alfa—. Dime.

Noah, yo... y tú —Levi se quedó en silencio unos segundos—. Aunque tú no vendrás.

Eren frunció el ceño—. ¿Quién lo dice?

—Si tú te mudas, ellos sabrán que no estás muerto, ¿no es así?

Eren mordió su labio inferior—. Eres muy inteligente omega, prestas atención a muchos detalles.

—Me lo han dicho antes... entonces es cierto, no vendrás conmigo.

El alfa observó cómo su patio trasero era cubierto por delgados copos de nieve—. Si te cortejo, ¿aun así te mudarías?

—¿Qué piensas tú?

Eren atrapó un copo en su mano—. Me dejarás porque has querido eso por mucho tiempo.

Nunca te dejaría —Levi sonó enojado—, y tan solo el hecho de que creas que lo haría es indignante.

El corazón de Eren se detuvo unos segundos—. Yo... me disculpo, omega.

Frío Corazón - Ereri (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora