Margot

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¡Estaba harta! harta de los sermones de mi padre "Margot haz esto" "Margot, no hables de esa forma" "Margot, no te expreses así de los demás"

¿Qué culpa tenía yo de que la gente fuera pobre? exacto, ninguna

Sin embargo, tengo que soportar a ese tipo de personas, es por eso que mi padre decidió cambiarme a una escuela pública, incluso pensar en eso, me hacía sentir nauseas, jamás he pisado un lugar así, estoy segura de que solo hay grafiteros, marihuanos y borrachos. No quería ir a ese lugar, me daba miedo incluso pensar en que en un par de horas, tenía que estar ahí. Mi padre quiere darme lecciones de humildad, pero lo que no sabe, es que encontraré la manera de burlarme de todos y hacerles la vida imposible. Pero esto no sería porque yo sea una mala persona, para nada

Me considero una buena chica, le doy siempre diez pesos a las personas que limpian los parabrisas, incluso si no limpian el auto de papá, también me gusta dar dinero a los niños que venden dulces, siempre me dicen que me veo linda y suben mi ego, pero al final son solo niños, ellos no tenían la culpa de nada, a veces, incluso sentía un poco de pena por ellos, por nacer en un entorno poco favorable, por tener una educación escasa, pero como decía, esto no era su culpa, era únicamente de sus padres, por ser irresponsables, inmaduros y pobres. La pobreza no tenía nada de malo, solo que, lo que me parecía molesto, era la facilidad con la que podían reproducirse para después explotar a sus hijos trabajando de sol a sol, justificando que es la necesidad

—¡Margot, baja ya a desayunar! — gritó mi padre desde abajo, evidentemente.

No estaba lista para ir a la escuela, no es que sea clasista, pero la gente de escasos recursos a  veces es algo rara

—enseguida voy papi 

me puse la ropa más cómoda que encontré y bajé para desayunar con papá, no iría a la escuela con ropa llamativa, no vaya a tener la mala suerte de encontrarme con alguien que quiera robar mis pertenencias

cuando estuve en presencia de mi adorado padre, el cual en este momento odiaba un poco por su decisión tan extrema, me miró un poco extrañado por como me vestí, pero no le di importancia

—¿Cómo te sientes con tu primer día de escuela?

puse mala cara, como si no supiera como me siento

—bien, me siento excelente, no sabes lo ansiosa que estoy por entrar y conocer a esa bola de... — guardé silencio, no podía decirle a papá que creía que eran unos NyE o sea nacos y estúpidos —. De chicos que seguramente son increíbles 

—harás buenos amigos, estoy segura de que es lo que necesitas

¿Lo que necesito? pues necesito una mujer maravillosamente sexy, inteligente e impresionante, junto con diez millones de dólares, y no veo ninguna de las dos cosas ¿Cómo sabe que es lo que necesito? cuando eso es lo esencial. No necesito de una escuela pública, pero bueno, es hombre

—si, papá

El sonrió y siguió desayunando como si nada, claro, el no iría a un lugar lleno de delincuentes. Después de unos minutos, cuando terminé de desayunar, dudé en si debía llevarme mi ipad o un cuaderno, pero opté por lo primero. Si alguien decidía robarmela, tenía a mi tía, quien tenía una firma de abogados bastante importante. No me importaba que fuera Latinoamérica, y que su seguridad fuera casi nula, mi tía metería a quien se metiera conmigo, a la cárcel

—¿no crees que sería más prudente llevar alguna carpeta o bien, un cuaderno? No quiero que vayas presumiendo, Margot

—ay papá, por favor — viré los ojos fastidiada —. Ni si quiera se me cruzó por la mente el hecho de presumirle a alguien el ipad, por el contrario, me da miedo que me la roben. Pero Alicia me ayudará si me pasa algo

PROHIBIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora