Capítulo 13: Encuentro en la penumbra

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Hanna se cruzó de hombros y miró a su hermano menor cuando entró por la puerta con una amplia sonrisa en el rostro.

-¿Dónde has estado?-preguntó viendo como él se acercaba y se sentaba frente a Thalia que bebía de su leche en completo silencio.

-Primero las manos- lo regañó la Yaya Flor- luego las explicaciones.

Dalton puso los ojos en blanco y caminó hacia la cocina mientras Hanna le seguía con la mirada.

-Me he enterado por ahí de que te vieron bebiendo en una taberna de mala muerte- Hanna fue incapaz de contenerse- ¿¡desde cuándo diantres te has empezado a aficionar a la bebida?!

-Solo he bebido esa noche, puedes estar tranquila- Dalton salió de la cocina, pero se apoyó en el marco de la puerta y se cruzó de brazos. No necesitaba una reprimenda como si aún fuera un niño.

-¿Esto es por Evie?- la voz de la Yaya Flor le hizo apartar la mirada de su hermana para fijarla en ella- ¿O es por esa princesita que no tardará en casarse con otro?

Dalton tragó saliva, pero optó por hablar con sinceridad. Al fin de cuentas, estaba entre su gente.

-Esto es por Evie. He bebido para no buscar un medio de transporte e ir en su busca.

La Yaya Flor suspiró casi a la misma vez que Hanna. La única que continuó desayunando, intentando no prestar atención a las palabras del chico fue Thalia.

-Sabes que ella volverá- Hanna se puso de pie y rodeó la mesa para acercarse a su hermano- al menos mientras tú sigas aquí.

Dalton asintió.

-¿Quieres desayunar?-preguntó Thalia girando su cuerpo al fin para mirarle- Evie no está, pero aún seguimos los demás.

Él se sorprendió realmente de escucharla hablar tan temprano, pero aún así negó con la cabeza.

-He desayunado.

-Con la chica de la guitarra.

-¿Qué sabes tú de ella?- se puso a la defensiva Dalton, como si Thalia no hubiera simplemente preguntado por la mujer con la que había amanecido hace apenas unas horas.

-Te vi con ella- se encogió de hombros ella.

Dalton apretó los puños con rabia.

-¿Qué chica de la guitarra?- preguntó Hanna posando sus manos en los hombros de Dalton para atraer su atención.

-Una muchacha que conocí y que...

-Canta en el bosque, frente a la posada del señor Anderson, no lleva mucho en la ciudad- le interrumpió Thalia- no se sabe mucho más sobre ella.

-¿Pero que..

-Calla- Hanna clavó sus ojos oscuros en su hermano- ¿vas en serio con ella?

-Yo no voy en serio con nadie, Hanna, deberías saberlo ya- se apartó de su hermana y señaló con el dedo a Thalia- y tú deberías dejar de espiarme y venir aquí a contar toda mi vida privada.

-¿Vida privada?- sonrió Hanna cruzándose de brazos mientras él se dirigía a su habitación- aquí no entendemos de esas cosas.

Dalton no contestó a su provocación, se encerró en su habitación y agitó la cabeza con enfado.




Didian terminó de recoger su casa, y con la guitarra bien sujeta a su espalda salió al exterior devolviéndole el saludo al señor Anderson antes de encaminarse a la iglesia. Allí había aprendido a perdonarse a sí misma por todo lo que había hecho, por todos sus errores y mentiras. Por su pasado que intentaba que no la persiguiera por las noches. Por eso mismo estaba en deuda con aquel lugar de culto con el que estaba tan peleada. 

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