Damara continuó tumbada en la cama un buen rato, al menos el suficiente para replantearse su vida.
¿Cómo había llegado a esa situación?¿No habría sido mejor dejar que aquellos atacantes la atraparan?
Suspiró y hundió la cabeza en la almohada ya húmeda tras sus lágrimas. Iba a tener que casarse con el príncipe Alvin, iba a tener que hacerlo y ni siquiera se sentía capacitada para levantarse de la cama.
La puerta se abrió y ella se incorporó para ver a Evie acercarse a ella. En los ojos de su amiga vio pasar un destello de tristeza que contrajo su corazón.
-Hay un carruaje en la entrada, Damara. El príncipe y su estúpido primo no quieren perder tiempo en un desayuno cuando tienen tanto recorrido aún por delante hasta llegar a Eredia donde tú tendrás que acompañarles para la boda.
Los ojos de Damara se llenaron de lágrimas y deshaciéndose de las sábanas se lanzó a brazos de su amiga casi haciéndola caer al suelo.
-Por favor, por favor, te lo ruego Evie..-su llanto era tan profundo que Evie tuvo que emplear toda su fuerza para que su amiga no acabara cayendo a causa de sus sacudidas- no quiero ir sola, te lo suplico..
-Tranquila, Damara —dijo la doncella, su voz quebrándose en medio de la frase mientras las lágrimas comenzaban a deslizarse por sus mejillas. El sonido de su sollozo se mezcló con el de Damara, creando un lamento compartido que resonaba en la habitación. La puerta se abrió de golpe, y unos pasos apresurados se acercaron rápidamente, interrumpiendo la dolorosa escena.
Evie parpadeó para deshacerse de sus lágrimas y miró a Dalton que las observaba con atención y un ligero brillo en la mirada.
¿Cómo iba a poder irse con Damara y abandonarlo a él?
Su llanto se intensificó y soltó a su amiga para acercarse a Dalton que la miraba con el ceño fruncido, como siempre hacía para intentar contener sus ganas de llorar.
-Solo será un breve periodo de tiempo..- susurró ella pasándole un dedo por en medio de las cejas para relajarle el gesto, algo que desde pequeño había calmado a su amigo- ni te darás cuenta de que no estoy.
Dalton miró a su amiga y le apartó un mechón de pelo del rostro mientras se tragaba de vuelta ese nudo que le impedía hablar.
-No puedes irte Evie, no puedo dejar que vivas bajo el techo de esos desconocidos, no puedo dejar que..
Ella le agarró el rostro con las dos manos provocando que él se quedara en silencio.
-He decidido pedirle a tu hermana que me cambie el color de pelo, a uno parecido al de ella. Pareceré una muchacha normal.
-Lo normal es aburrido, Evie..
-Pero seguro- Damara tragó saliva e interrumpió su conversación, sintiendo como si acabara de romper el momento más íntimo que hubiera visto jamás- podrá acompañarme como mi doncella sin temer por su vida.
Los dos se giraron hacia ella, pero para Damara no pasó desapercibido como Dalton deslizaba la mano por el brazo de su amiga y agarraba su mano.
-Te la devolveré sana y salva, te doy mi palabra- se mordió el labio con nerviosismo- para mi es igual de importante que para ti.
Dalton acarició la mano de su amiga en un intento de concentrarse en algo que no fuera en esos ojos intensos que se clavaban en él. ¿La princesa le estaba hablando a él? Su corazón comenzó a martillear con fuerza, y rezó para que ella no se diera cuenta de ese detalle, que no se revelara con tanta facilidad que llevaba años esperando a que ella simplemente le mirara.
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Ruivas
FantasiDos razas separadas hace milenios, enemistadas y en guerra desde los comienzos del mundo. Pero.. ¿Qué pasaría si dos personas de bandos contrarios se enamoraran perdidamente? Evie es una Ruivas,( ser mágico con apariencia humana) que fue obligada a...