3

53 9 0
                                    


Decidió quedarse con en la casa de los Min esa noche.

Sin embargo, incluso después de que Yoongi, quien dijo que tenía que irse temprano porque había un programa de televisión en la mañana, le mostró su habitación, pasó un rato considerable hablando con Jungkook en la sala de estar. Conversaron sobre sus recuerdos de los días en que eran universitarios, de historias de colegas en corporaciones de auditoría, consejos laborales y de vez en cuando, todo se convirtió en un tema sobre Shinae. Aunque por supuesto que Jungkook fingió no tomarle mucha importancia para evitar una atmósfera pesada o terriblemente triste ¿Y estaba bien que le tuviera tanta consideración para empezar? No lo creía.

Se bañó y se acostó en la cama de la habitación de invitados del segundo piso, pero no pudo dormir. Para ser claros, no lo había hecho correctamente desde que Shinae murió y cuando parecía estarlo consiguiendo... Resultaba que comenzaba a tener tantas pesadillas que terminaba levantándose de un salto.

Shinae solía salir en sus sueño más de una vez y decirle: "Es tu culpa que yo muriera". Y por supuesto, darse la vuelta para intentar pensar en algo más no parecía ser precisamente una idea maestra.

Había pasado aproximadamente una hora desde que se fue a la cama, pero ni siquiera sintió que hubiera descansado una sola vez. Incluso si cerraba los ojos para dormir aunque fuera por un momento, la conversación con Shinae el último día en que la vio y los eventos del funeral y de sus amigos reprochando, corrían por su cabeza hasta volverlo realmente duro. ¿Por qué ese hombre dijo tal cosa? ¿Cuánto sabía? El rostro del tipo ya estaba borroso, pero su voz y sus ojos enojados estaban muy claros. Si supiera sobre su interacción del último día con Shinae, sería seguro que le informaría a Yoongi y a Jungkook en cualquier momento así que sería mejor confesarse en lugar de ser manchado por la boca de alguien más.
Pero mientras pensaba sobre esto, no pudo dormir.

Yoongi seguramente ya estaría bien dormido y no podía escuchar ningún ruido proveniente de la habitación de Jungkook porque estaba considerablemente más apartado que los demás.
Jimin se levantó de la cama para dirigirse al baño. Cuando se lavó las manos y miró por la ventana, la luna era tan grande que sintió curiosidad y abrió suavemente la ventana francesa que conducía a la terraza. Afuera soplaba una brisa refrescante y el calor del día parecía evaporarse como si nunca hubiese existido para empezar. Había pequeñas estrellas brillando justo encima de su cabeza así que recordó que, cuando era niño, su padre lo había llevado al planetario para enseñarle las constelaciones y los mitos relacionados con ellas. Era uno de los pocos recuerdos que tenía con su padre porque murió antes de que pudiera asimilarlo.

Pero era algo feliz.

Ahora, aunque solía ser un niño lo suficientemente interesado en la galaxia como para recordar los nombres de las constelaciones y tener su propio libro de imágenes sobre el cielo, ni siquiera había mirado un anochecer desde hace muchísimo más tiempo del que le hubiera gustado admitir.

-¿No puedes dormir?

Debido a que estaba pensando en otra cosa, no pudo notar los pasos de Jungkook acercándose a él. Cuando se dio la vuelta, su cuñado, en ropa de dormir, estaba de pie con los brazos completamente cruzados contra el pecho. La pijama que le había pedido prestada era grande, pero se notaba que era perfecta para su cuerpo.

-Lo siento. ¿Te desperté?

-No. Todavía estaba despierto.

Tenía miedo de haberle despertado, pero Jungkook negó con la cabeza de inmediato y le dijo que todo estaba bien. Debido a que se había lavado el cabello, la figura de sus pequeños pelitos bajando por su cara le daba una impresión salvaje que le hacía lucir mucho mejor de lo que lo hacía cuando se arreglaba para ir a la oficina.

Eros/ Km-Ym Donde viven las historias. Descúbrelo ahora