El avión despegó y logré dormir unas dos horas. No entendía porqué estaba tan cansada. Había dormido toda la noche y por gracia divina. Ya que apenas llegar a casa me tiré en la cama. Ni siquiera terminé la maleta.
La voz proveniente de la cabina despertó a mi madre. Nos informaba del clima que hacía fuera y del tiempo estimado que faltaba para aterrizar.
- ¿Has dormido algo? -. Preguntó ella. Me quité los cascos y asentí con la cabeza.
- Parece que pasaremos frío-. Comenté.
- Si te has traído sudaderas no.
- Ese es el tema. Sólo traje ésta y otra más.
- Ingrid, ayer tuviste toda la tarde para hacerla. ¿Pero qué hiciste? Salir con tus amigas. Siempre es lo mismo. Dejando lo importante para último-. Ya empezaba a discutir. Era demasiado bueno para ser verdad que hubiese cambiado
La maleta no la terminé, porque cuando llegué a casa tenía la cabeza echa un lío. Solamente quería olvidarme de lo que me había dicho María.
- Perdón. No volverá a pasar-. Lamenté, con vergüenza. Estábamos en un avión y habían un montón de personas escuchando sus regaños.
- Es que yo no sé cuándo va a realizarse ese "no volverá a pasar". De verdad eh. Tu hermano no es tan desorganizado como tú. Deberías aprender de él.
Me quedé callada. ¿Qué le decía? ¿Le decía que tenía razón y que él me daba mil vueltas en todos los ámbitos?
- Ah, con que me vas a ignorar-. Exclamó, molesta. Parecía una adolescente. Siempre queriendo tener la razón y queriendo crear conflicto.
- No es eso, mamá-. Musité.
- Pues dime que miento en lo que dije. Venga. Intenta desmentir eso.
Antes de poder hablarle, hubo una turbulencia bastante fuerte. Estábamos atravesando las nubes y eso causaba el movimiento.
Me asusté, pero mi madre guardó silencio. Sustos que dan gusto.
Al parecer le sentó mal eso. No habló más hasta que estuvimos fuera del aeropuerto.
Llegamos al exterior de él y vi un montón de coches. Eran taxis. ¿A nosotras nos llevaría un taxi o alguien de la familia?
- Busquemos un taxi-. Ordenó mi madre. Comenzó a caminar y yo fui tras ella.
Un coche negro, que me resultó muy familiar, iba bajando la ventanilla por cada paso que dábamos.
Miré por ella y vi a mi hermano. Me sonrió, y yo también a él. Era la primera vez que le veía luego de meses.
Apresuré el paso, se podría decir que corrí, hasta el coche. Ed se bajó y me abrazó con fuerza.
- Bienvenida de vuelta-. Me susurró.
Me separé de él y le contemplé. Le había crecido un poco el cabello y estaba algo más fuerte.
- Pensaba que no te vería hasta Noche Buena-. Exclamé, sorprendida.
- Os he querido dar una sorpresita-. Comentó.
Mi madre se acercó y se abrazaron.
- ¿Cómo has sabido que aterrizábamos a esta hora? -. Cuestioné.
- Digamos que nuestra madre no se sabe callar la boca-. Dijo, divertido. Reí. Eso era verdad. No se calla ni debajo del agua. Me recuerda a María, pero en el buen sentido.
- Cállate tú y pónnos las maletas en el maletero-. Pidió mamá.
- Deja que tu hermano lo haga-. Exclamó, al ver que hacía el ademán de arrastrar mi maleta hasta el sitio ordenado.
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Daylight - Ingrid Engen y Mapi León.
Romance𝗘𝗻 𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 𝗠𝗮𝗽𝗶 𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗲 𝗮 𝗹𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘃𝗲𝗿𝘁𝗶𝗿𝗮́ 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗮𝗺𝗼𝗿 𝗱𝗲 𝘀𝘂 𝘃𝗶𝗱𝗮... (𝙀𝙨𝙘𝙚𝙣𝙞𝙛𝙞𝙘𝙖𝙙𝙖 𝙚𝙣 2014, 4° 𝙀𝙎𝙊, 16 𝙖𝙣̃𝙤𝙨)