Martin se miró al espejo por última vez, ajustando su camisa negra. La noche prometía ser memorable, y él no quería quedarse atrás. Desde la habitación contigua, podía escuchar las risas y la música que provenían del cuarto de Ruslana y Chiara. Sabía que sus amigas estaban tan emocionadas como él por la salida nocturna que habían planeado."¡Martin, date prisa!" Gritó Ruslana, su voz con un acento sutil pero inconfundible. Entró en la habitación del vasco sin tocar, luciendo un vestido rojo ceñido que resaltaba su figura esbelta. Sus ojos brillaban con entusiasmo mientras se acercaba a él para revisar su atuendo. "Joder, qué guapo eres, hijo de puta." Soltó con su tan característico vocabulario.
Chiara apareció detrás de ella, luciendo un conjunto negro con detalles plateados que complementaban perfectamente su cabello oscuro y ondulado. "Martin siempre está guapísimo, no sé cómo lo hace." Añadió, dándole un guiño a Martin.
El contrario sonrió, sintiéndose afortunado de tener amigas tan animadas y cariñosas, y les devolvió el gesto, halagándolas por su misma belleza.
"¡Esta noche vamos a coronar!" La pelirroja estaba eufórica.
Chiara asintió, colocando un par de pendientes brillantes en sus orejas. "Quién sabe, quizás encontremos a alguien interesante. Aunque, claro, tú ya tienes a tus admiradores, ¿verdad, Martin?"
Era innegable que el vasco siempre destacaba en la discoteca. Habían ido tantas veces que Martin conocía cada rincón, cada ritmo y cada rostro familiar. Sus movimientos sensuales y lentos atraían hasta al chico más hetero que hubiese en aquel lugar. Sus amigas a menudo bromeaban sobre cómo parecía atraer miradas sin esfuerzo, un magnetismo natural que hacía que la gente gravitara hacia él.
Ruslana sonrió y agregó: "Sí, Martin, siempre estás rodeado de gente. Es como si fueras una celebridad local."
El bohemio se encogió de hombros, tratando de ocultar su creciente sonrojo. "Solo intento pasar un buen rato."
Los tres amigos salieron del apartamento, listos para enfrentar la noche con toda la energía y el entusiasmo que podían reunir. Bajaron las escaleras del edificio, sintiendo la anticipación y la emoción crecer con cada paso. Afuera, la ciudad los esperaba con sus luces y sonidos vibrantes, prometiendo una noche llena de aventuras y, quizás, un poco de drama.
Llegaron a la entrada, donde una fila de personas ya esperaba para entrar. Las luces de neón parpadeaban, y la música vibrante escapaba a través de las puertas cada vez que se abrían. El portero, que ya los conocía de tantas noches anteriores, les dio una sonrisa y los dejó pasar sin problema.
La discoteca estaba en pleno apogeo cuando cruzaron el umbral, el aire denso con el aroma a sudor, perfumes intensos y un toque de desinfectante. Las luces brillantes cortaban la oscuridad en franjas de neón, creando un juego de sombras y colores que bañaba el espacio en una atmósfera casi surrealista. El ritmo pulsante de la música electrónica se sentía en el suelo, resonando en el pecho del vasco con una intensidad que hacía que todo el ambiente pareciera un torbellino de energía.
Se ofreció ir a por las bebidas y ni tuvo que preguntarles lo que querían, ya lo sabía de memoria. Se abrió paso con dificultad hacia la barra, esquivando a los grupos de amigos que se reían y conversaban, y a los cuerpos que se movían al compás de la música. La fila frente a la barra era un desfile de caras y voces, algunas agitadas por la emoción, otras con una serena determinación de mantenerse en el centro de la diversión. Finalmente, llegó y esperó pacientemente mientras el camarero, con un semblante cansado pero profesional, se ocupaba de las peticiones de las personas que estaban antes que él.
Martin observó el entorno mientras aguardaba su turno. El bar estaba decorado con luces en tonos ácidos y reflejos metálicos que daban un aire futurista al lugar. Los estantes estaban repletos de botellas que brillaban con una promesa de tragos que acompañarían la noche. En el suelo, los restos de hielo derretido y vasos vacíos e incluso rotos contribuían al caos visual.
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bad idea right?
FanfictionSalir de fiesta es una manera habitual de escapar de las preocupaciones pero, para Martin, una noche de copas y euforia en la discoteca se convierte en algo más. Tras varios tragos, un impulso irrefrenable lo lleva a marcar el número de su ex, la pe...