"Dónde los años 70's nunca terminan"
En una ciudad marcada por el crimen, la corrupción, el sonido del rock and roll y la música disco, tres personajes de mundos opuestos; un mercenario, una cantante y un guardaespaldas, se ven obligados a colaborar...
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El coche avanzaba y el horizonte parecía extenderse infinitamente. Wade, concentrado en la carretera, mantenía un ojo en el combustible que amenazaba con agotarse antes de llegar al aeropuerto. Al lado, Tonya se mordía el labio, midiendo su impaciencia en silencio mientras miraba por la ventana, el paisaje desbordando y difuminándose a medida que avanzaban.
En el asiento trasero, Logan dormía, su cabeza apoyada contra la ventanilla.
—Era más fácil cuando teníamos a Hank en el equipo. ¿Tienes algo de música, mini pizza? –preguntó Tonya, echando una rápida mirada a Wade.
—Bueno, no estaba preparado para esto, pero traigo conmigo mi casette de clásicos de la música setentera. –respondió Wade, mostrándole con un gesto un casette.
—Súper, ¡escuchemoslo! –exclamó Tonya mientras Wade con un leve movimiento y un clic, se conectó a la radio, pero el sonido resultó ser un chasquido estridente seguido de un silencio incómodo.
—Okay, fallas técnicas. –murmuró Wade, frustrado al golpear el radio– ¡Estúpida cosa, ¡arréglate! –sin embargo, el equipo parecía tener otros planes. Tras un par de intentos, la canción "SOS" de ABBA resonó en el interior del vehículo– ¡Listo!, nada que la violencia no pueda resolver. Quizás puedas deleitarme con tu bellísima voz durante el camino, Tony. Sería un honor llenar mis cochinos oídos con ello –dijo Wade, girando con una sonrisa desafiante.
—Bien, pero tendrás que hacerme coro. –respondió ella con una sonrisa.
Tonya comenzó a cantar, su voz melódica se alzó en el aire como el canto de un pájaro en la mañana. Wade la acompañaba en los coros.
Mientras tanto, Logan seguía dormido, su rostro contraído como si estuviera en medio de una lucha. Cada acorde de la canción pareció tocar un hilo en su memoria, despertando una sensación de nostalgia, en un rincón sombrío de su mente. Los recuerdos lejanos se agitaban, como hojas arrastradas por el viento, pero aún eran demasiado confusos. De repente, se sobresaltó y abrió los ojos, mirándose alrededor confuso.
—¿Estás bien, Wolvie? –preguntó Wade, mirando por el espejo retrovisor.
—Sí, esa canción… –Logan, todavía aturdido, respondió.
—¿Qué sucede? –preguntó Wade, curioso.
—Me suena familiar. ¿Quién... alguien la ha cantado antes?
—Nop, es de ABBA. –replicó Wade, divertido–Realmente no estoy seguro de si alguien más la ha cantado.
—Creo que no comprendes. –dijo Logan, tratando de aferrarse a la imagen que se desvanecía.
—Y creo que interrumpiste nuestro dueto letal de canciones altamente cursis. –se quejó Wade, claramente ofendido y a la vez divertido por la interrupción.
Él cambió de canción, pero no parecía haber una adecuada que lo reemplazara. El ambiente se llenó de un tenue murmullo de confusión hasta que Logan, sumergido en sus pensamientos, comenzó a mirar por la ventana. Las imágenes danzaban en su mente, envolviendo el recuerdo con la canción.
