CAPÍTULO XV. Cubo Rubik, Un Café y El Poder de la Amistad

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La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, proyectando un suave resplandor sobre la cama desordenada. Tonya yacía en la penumbra, envuelta en las sábanas, sintiendo un torbellino de emociones mientras sus pensamientos giraban en torno a lo sucedido la noche anterior. Se encontraba en su habitación, en la cama junto a Logan, pero el remordimiento y la confusión la mantenían inmóvil. De espaldas a él, su mente luchaba entre el deseo de marcharse y la necesidad de no despertarlo.

Su beeper, comenzó a sonar, rompiendo el silencio abrumador del momento. Con un gesto apresurado, estiró su mano hacia la mesita de noche y tomó el pequeño dispositivo.

[Mensaje: Wade Wilson reportándose, ¡Levántate y brilla! Es una reunión urgente]

Puta madre, Wade –murmuró entre dientes, sintiendo la tensión aumentar en su pecho. Con un ligero giro, vio a Logan aun dormido, dándole la espalda. Un rayo de terriblemente familiar pánico atravesó su mente mientras luchaba con la dualidad de deseos: el de salir corriendo y el de quedarse.

Intentando ser lo más silenciosa posible, Tonya se levantó de la cama. La idea de que Logan pudiera despertarse y hablar con ella la llenaba de nervios. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano cuando, de repente, escuchó la voz grave de Logan cortar el silencio de la habitación.

Buenos días, mami. –dijo, con un tono de broma que la hizo girarse, sorprendida.

—Ah... Yo... ¿Te desperté? –balbuceó, la culpa y la vergüenza llenándole la garganta.

—No, me desperté hace tres horas –respondió él con un tono relajado, como si lo que pasó la noche anterior fuera tan trivial como la rutina matutina.

—¿En serio? ¿Y por qué no dijiste nada? –preguntó mientras comenzaba a abrocharse su sostén, cada movimiento diseñado para mantener el equilibrio entre la vestimenta y el deseo de escapar.

Logan se giró, quedando de espaldas a ella y permitiéndole vislumbrar su rostro mientras se acomodaba sobre el respaldo de la cama, únicamente cubriendo su parte íntima con la sábana.

—Ni tú. –respondió.

Tonya sintió cómo un rubor le subía por el cuello al observarlo con un aprecio que deseaba negar.

—No tenía mucho que decir. Anoche fue... –la frase se quedó en suspenso, mientras ella luchaba por encontrar el término adecuado, buscando su ropa dispersa por la habitación.

Logan, sin prisa, se levantó, exhibiendo su desnudez con una confianza innata mientras levantaba el vestido que había usado Tonya la noche anterior.

—¿Qué? ¿Un error? –preguntó, con una chispa de desafío en los ojos.

Tonya, sintiéndose acorralada, se sonrojó mientras le extendía la mano, intentando arrebatarle el vestido.

—Tal vez debamos seguir cometiendo errores...–respondió, llevando su voz a un tono que intentaba ser juguetón pero se sentía un tanto nervioso– ¿Quieres ir a desayunar?

𝐕𝐎𝐔𝐋𝐄𝐙-𝐕𝐎𝐔𝐒 | 𝗟𝗼𝗴𝗮𝗻 𝗛𝗼𝘄𝗹𝗲𝘁𝘁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora