CAPÍTULO IX. The Power Of Love

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La noche había caído suave sobre la mansión, sus enormes sombras abrazaban el jardín como un manto oscuro

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La noche había caído suave sobre la mansión, sus enormes sombras abrazaban el jardín como un manto oscuro. Wade se despidió de Tonya con una sonrisa cansada y, tras un último vistazo a su amiga, se adentró en el interior de la mansión, dejando tras de sí.

Ella se quedó a caminar entre sombras luces suaves, el olor de la tierra húmeda y el suave murmullo de las hojas.

De repente, su tranquilidad se vio interrumpida por la figura de Erik, quien emergió de la penumbra de la mansión con un aire de inquietud

Erik se acercaba con pasos firmes, su figura alta y marcada recortándose contra la luz de la luna. La tensión en el ambiente era palpable; un aire de incomodidad se cernía entre ellos mientras Tonya fruncía el ceño.

-¿Qué estás haciendo aquí? -preguntó Tonya, cruzando los brazos como si intentara protegerse del aire frío que le estremece la piel.

-Un intento fallido de hacer lo correcto -respondió Erik, su tono grave pero sincero

Tonya lo miró, la calma del jardín enmarcaba su desasosiego, como si un hechizo envolviera el lugar.

-Erik..

-No, es importante -insistió él-, quiero que escuches esto... jamás los traicioné, bueno, los traicioné, pero tenía mis razones. Sabes, yo no debería estar aquí. Vine aquí queriendo destruirlo... Esta noche me encontré a mí mismo queriendo protegerlo, ¿cómo pasó eso? -Rió sin alegría, el sonido resonando entre las sombras-. No soy un héroe, Margaret; no lo hago bien, no está en mí.

-Tal vez sí lo está -respondió Tonya, sobándose el brazo, el aire ahora frío como un susurro helado.

Erik inclinó la cabeza, sus ojos profundos atravesando la oscuridad con una luz de culpa y anhelo.

-No. Está reservado para alguien más. Tú, Hank, aún teniendo todas las razones para odiarme, ellos... -señaló con un gesto hacia la mansión, refiriéndose a Wade y Logan-, incluso te ayudaron a salvarme.

-¿Por qué estás tan sorprendido? -inquirió Tonya, su voz firme, pero había una herida en su tono.

-Porque lo hicieron por ti. Lo que significa que en alguna parte del camino tú decidiste que valía la pena salvarme. Y yo lo quise, gracias por eso. Tienen suerte de que seas parte de ellos.

El ambiente se tornaba pesado, una mezcla de revelaciones y secretos a voces. El viento soplaba con más fuerza, como si la naturaleza misma intentara interrumpir la tensión palpable entre ellos.

-Incluso Charles... escucha -continuó Erik-. Fue una bala mal desviada. No quería hacerle daño a Charles; también era mi amigo. Él quería protegerte.

Tonya sintió un escalofrío, las ramas de los árboles susurrando suavemente y llevando consigo los ecos de su historia compartida. Pero su mirada no cedía.

𝐕𝐎𝐔𝐋𝐄𝐙-𝐕𝐎𝐔𝐒 | 𝗟𝗼𝗴𝗮𝗻 𝗛𝗼𝘄𝗹𝗲𝘁𝘁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora