Dime que me amas [Yoonmin]

capitulo 37.

El gran día había llegado y la feria de pasteles era un evento del cuál todo Busan hablaba. Una zona de la ciudad estaba específicamente decorada para dicho evento. Pancartas en todos lados, globos y adornos con luz neón.

Aunque el evento no se llevaría acabo en un lugar público, esto no fue impedimento para que fanáticos y amantes de la repostería adornaran la zona para ellos.

Jimin se levantó desde muy temprano para preparar sus cosas y no precisamente un traje elegante o algo parecido pues, aunque él era el anfitrión de la feria, iba a hacer presentación de sus obras aprendidas a lo largo de su carrera y práctica.

Misma Stella le había recomendado que disfrutara del glamour y los aplausos que la gente tenía para él, pero eso no era nada en absoluto lo que Jimin deseaba. Él había ansiado justo ese día para poder mostrar las nuevas decoraciones y tácticas que había aprendido, no necesitaba disfrutar de los aplausos y halagos de la gente cuando no estaba haciendo lo que más disfrutaba.

Simplemente no le veía la gracia.

Cuando despidió a Yoongi muy temprano en la mañana fue cuando comenzó a prepararse, recibiendo llamadas de sus colegas asegurandose de que todo marchara a la perfección.

El estar solo en el departamento no le ayudaba a su nerviosismo y aunque Yoongi le había aconsejado que pasara un rato en casa de Hana, la verdad era que Jimin no quería molestar desde temprano.

Yoongi había pedido permiso para faltar al trabajo justo ese día, pero la pareja no contaba con que Song le pidiera ir de urgencia, bajo la promesa de dejarle salir tres horas antes de la feria.

Jimin suspiró y ajustó su bata de seda luego de que salió de tomar una relajante ducha.

El timbre de la puerta llegó a sus oidos y con curiosidad se aproximó hacia ella. No esperaba que fuera Taehyung o Jungkook porque sabía que ambos estaban muy ocupados en sus trabajos, todo para tener siquiera libre en la tarde para la feria.

Pasó la tarjeta y la puerta se abrió dejando ver la figura de su padre. De inmediato el rubio se estrelló contra el mayor, haciendo que este soltara las bolsas que llevaba en mano y le correspondiera el abrazo con la misma intensidad.

—No estaba seguro de que fuera el piso correcto. — dijo adentrandose junto a su hijo.

—Había olvidado que ibas a venir, papá. — confesó el rubio.

—Lo sé, puedo verlo en tu cara. — se rió. —No podía faltar a la feria de la cual serás anfitrión, hijo.

Bueno, no es como si su padre hubiera faltado a una sola de las ferias en las cuales Jimin había estado participando.

—Agradezco mucho que hayas llegado. — sonrió y se movió hasta estar recostado en el hombro del mayor.

—¿Mmh? ¿Estás bien? ¿Dónde está Yoongi? Se supone que estaría contigo hoy. — su voz salió en una especie de reclamo.