capitulo 16.

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"Pero te prometo esto: siempre te cuidare.
Sí, eso es lo que haré. Mi corazón es tuyo.
Eres tú a quien me aferro".

Dolor.

Un dolor indescriptible apretaba su pecho de forma insistente, de manera tortuosa. Estaba en medio de ese círculo donde todos le estaba señalando con sus sucios dedos y penetrantes miradas.

Amigos, familia, conocidos, compañeros de escuela, maestros, todos.

Todos estaban señalandole, gritando cosas que los oídos de Jimin no podían entender.

La mirada de su madre y la de su padre fueron las que más atravesaron en su pecho, una mirada de decepción. Jimin gritaba en lo alto pidiendo una razón, pero nadie respondía. Después todos se abrieron paso dejando ver ese rostro intimidante el cual le provocaba un fuerte pánico.

-¡Tú! -señaló duramente, sintiendo sus ojos picar y el interior de su cuerpo temblar en coraje. -¡Maldito seas! -una sonrisa surcó por el rostro de Ji-Young mientras se acercaba, Jimin retrocedió torpemente buscando con la mirada a sus padres, pero estos simplemente se mantenían alejados mientras negaban con su cabeza.

¿No pensaban ayudarlo? El monstruo se estaba aproximando, pero nadie le ayudaba.

»¡Mamá, papá! -gritó con la poca fuerza que tenía, cerró sus ojos con insistencia deseando que Ji-Young despareciera. Antes de que pudiera abrir los ojos, alguien tocó su hombro con suavidad, abrió sus ojos y sintió un enorme alivio al ver wuv era el pelingro

"»¡Yoongi hyung! -trató de acercarse, pero este simplemente se desvaneció mientras que su vez; todo se tornaba completamente oscuro dejando confundido a Jimin.

De pronto la escena cambió, ahora estaba en su habitación, sentado en la esquina de este. Todo estaba hecho un desastre, la cama destendida, sábanas en el piso, la lámpara completamente rota en mil pedazos. Llevó la vista hacia sus manos y el corazón se le detuvo al verlas llenas de sangre hasta los antebrazos. Incluso su ropa estaba manchada, se levantó dispuesto a salir de ahí, pero el cuerpo inerte de Ji-Young le hizo detenerse.

En ese momento supo que la sangre no era suya, sino de ese hombre. ¿Él lo había matado? Era lo más seguro, era la única persona viva de ahí bañada en sangre. Se llevó sus manos a la boca para callar sus sollozos, pero le fue imposible, cayó rendido al piso.

Estaba muerto, Ji-Young estaba muerto porque Jimin lo había matado cruelmente con sus manos.

-¿Jimin? -Yoongi le miraba desde arriba con una expresión en su rostro que Jimin no podía decifrar.

-¡Hyung!

-¿Lo mataste?

-N-No, yo no. -balbuceó limpiando sus lágrimas. -¡Hyung, tienes que creerme!

El sonido de las sirenas de policía llegaron hasta el par de oídos en la habitación, Yoongi tomó con fuerza la mano de Jimin.

-Está bien, ahora está muerto, no podemos hacer nada. La policía está aquí y tenemos que irnos, Jimin.

-¡Yo no hice nada, no lo maté!

-¡Está bien, si lo hiciste está bien! ¡Pero vámonos ahora o no podremos irnos después, Jimin! -gritó el pálido arrastrando por las puertas traseras a Jimin. -¡Corre, Jimin, corre sin mirar atrás!

Y fundido en el miedo y la confusión, Jimin acató la orden del pálido, cuando estuvo considerablemente lejos de su casa se dio cuenta de que Yoongi no iba a su lado y en su lugar estaba siendo brutalmente arrastrado hacia un coche policía.

Quiso regresarse, pero la respiración agitada se lo negó, el zumbido en sus oídos lo hizo caer en la rocosa carretera y los sollozos lo llevaron hasta la tortuosa asfixia. Se sentía morir.

Dime que me amas [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora